“Esto le ha tocado a todo el mundo pero creo que en algunos lugares va a ser terrible y va a dejar secuelas peores de las que estamos viendo. Este es un club humilde donde realmente hizo mucha mella el tema de los robos y los destrozos, además de la pandemia.” De este modo, Carlos López, más conocido por todos como Cilindro, describe de primera mano el panorama que les toca atravesar al frente del club, cada día, y desde hace años.

Cilindro cuenta también que esta realidad dista de todo lo conocido y vivido durante su extensa carrera como dirigente deportivo frente a uno de los clubes emblemáticos de la ciudad de Rosario. Basta con recordar que la Agrupación Infantil Arijón cobró vida el 15 de septiembre de 1986. Como suele suceder en estos casos, la institución fue armada por un grupo de padres a partir de una inquietud de sus hijos, o más bien, para verlos jugar al más bello de los deportes junto a su grupo de amigos. En primer lugar, inscribieron al Club en la Liga LIFA de Villa Gobernador Gálvez, en la cual la Agrupación dio sus primeros pasos.

Rodeado de fieles colaboradores que ofrecen su tiempo y compromiso diario, el maximo dirigente de la institución recuerda cómo en 1998 un grupo de padres, madres y vecinos resistió el avance de las topadoras cuando por ese entonces se construía en la zona una pista de ciclismo y una de las curvas de la misma se superponía con el espacio de la cancha. Tras un acuerdo con el Ejecutivo Municipal y las autoridades de ese entonces, se estableció que la cancha se traslade al sitio en el cual está emplazada actualmente: Avenida Arijón 350 bis.

Hoy, con alrededor de 500 chicos y chicas, uno de sus mayores orgullos es participar en el Torneo Gobernador Molinas, poder mantener con mucho esfuerzo por parte de directivos, colaboradores y las familias todas las divisiones que son parte de la Rosarina y concretar los sueños de perfeccionar la infraestructura para poder contener de un mejor modo a sus deportistas.

Es justo decir que de aquellos comienzos a este presente cambió el paisaje pero no la lucha. “Hoy en día para seguir funcionando necesitamos un soporte económico que hoy no tenemos. Nos hemos recuperado bastante y gracias a la gestión de Mario Giammaria y el aporte que nos entregó la vicegobernación pudimos pagar deudas que teníamos. Eso es una cosa que va a dejar muchas secuelas y más a los clubes de barrio que realmente necesitamos ayuda.”

Inseguridad, la otra pandemia

“Nos están faltando muchas cosas”, resume el presidente de Arijón. Y esas cosas faltan son porque alguien las robó, un flagelo que padecen casi a diario. “Necesitamos alambrados, postes y sanitarios que nos han robado, al punto de que tuvimos que cerrar los baños porque rompieron los candados y se llevaron inodoros y piletas.”

Ante esta cruda realidad, Cilindro insiste en que “es la primera vez que está pasando una cosa así. Nos ha tocado como a todos y son pruebas que te pone la vida pero también decir que tenemos que salir adelante, que los clubes necesitan mucha ayuda y que la rama política tiene que estar atenta. Entre todos y con la responsabilidad que cada uno tiene, hay que salir como sea.”

El sueño del club

Es viernes por la tarde y el club es un ir y venir constante de niños, adolescentes y jóvenes. A pesar del contexto y el desánimo queda margen para hablar de los sueños. “Uno de los sueños que tenemos, el más visible y el que espero poder ver es hacer un salón de reuniones de 26 metros de largo y 9 metros de ancho lo cual nos vendría bien para tener a los chicos el mayor tiempo posible dentro del club, que puedan tomar su gaseosa no en la esquina expuestos a los hechos de inseguridad que se dan en los barrios. La idea es ofrecerles la posibilidad de estar adentro de un bufet, cobrándole más barato la gaseosa y, fundamentalmente, contenidos.”

“Somos el club más humilde pero con un corazón enorme y, además, estamos en una liga muy prestigiosa. Es un orgullo estar participando en el Torneo Molinas, en la A. El lema de Arijón es que todos los chicos estén en la cancha sepan o no sepan jugar al fútbol”, resume Cilindro con entusiasmo y profunda emoción.