La historia de este señero club nace el 15 de enero de 1912, un día lunes. Su fundación fue en la casona de Juan Romero, un vecino del barrio obrero conocido como “Refinería” (por la refinería de azucar que se instaló en esa zona durante 1889). El nombre original fue “Embarcaderos Córdoba-Rosario”. Como tantas otras instituciones que surgían por entonces, su creación estuvo vinculada al ferrocarril. Incluso hasta en el nombre, ya que Embarcaderos era la estación de carga y descarga a la que la mayoría de sus jugadores pertenecía. El primer presidente fue Zenón Cabral, y con esa denominación actuó durante varios años en la Liga Rosarina de Fútbol.

En 1914 pasó a llamarse Club Atlético Nacional. Y finalmente, por una disposición política que impedía a toda entidad civil o deportiva tener en su nombre la palabra “Nacional”, comenzó a ser conocido como Club Atlético Argentino, su actual denominación. Sin embargo, y como bien reza su marcha en las primeras estrofas, pese a los cambios de nombre... “pero siempre salaíto, del principio hasta el final”. Asimismo, cabe decir que fue uno de los fundadores de la Asociación Rosarina de Fútbol en 1931, y que en nuestra Liga obtuvo 2 torneos Molinas (en 1944 y 1948), 5 torneos Ivancich (en 1938, 1948, 1952, 1984 y 2008) y un torneo Mariano Reyna (en 2010, con su segunda línea). Los Molinas que ganó, cabe agregar, fue en tiempos en los que el máximo campeonato de la ARF tenía un prestigio altísimo y un nivel de competencia inmenso, ya que los clubes de doble afiliación, lo utilizaban como banco de pruebas para el salto al torneo mayor de AFA, y la riqueza de los planteles de Central, Newell's, etc., era llamativa.

En 1944 el club se inscribía, simultáneamente, en los torneos de la Asociación del Fútbol Argentino. Lo hizo para disputar la Segunda División. Fue la época en la que el recordado presidente José Martín Olaeta pagó de su propio bolsillo un terreno donde luego levantó el estadio que hoy lleva su nombre; en la instersección de la Avenida Sorrento y la calle Roma (actualmente Víctor Mercante). En 1945 realizó su mejor campaña en dicha categoría, y terminó segundo a dos puntos del campeón Tigre. No logró ascender a primera, pero fue la vez en que más cerca estuvo de hacerlo.

En 1962 dejó de participar en dichos campeonatos por razones económicas, pero en 1970 retornó a los torneos de AFA, aunque en Primera C. En esa categoría logró el campeonato en 1983 y por ende el ascenso a la Primera B Metropolitana. En la temporada 1988/89 regresó a Primera C pero pronto se repuso. Un año más tarde, tras jugar la temporada 1989/90 y ganar el Torneo Reducido, subió de nuevo a la categoría que parecía ser la que mejor le sentaba: la Primera B. Durante nueve temporadas seguidas participó de ella y finalmente en el campeonato de 1998/99, consiguió los Torneos Apertura y Clausura, y ascendió sin necesidad de disputar final alguna a la Primera B Nacional.

La alegría duró poco. En la temporada debut descendió a la B Metro. En el 2003, y tras varias campañas flojas, bajó a Primera C. Su última alegría data del 2004. Por entonces, obtuvo el Torneo Clausura de la C y derrotó en la final a Barracas Central (campeón del Apertura 2003), en cancha de Huracán. Fue en una emotiva definición por penales que tuvo al arquero Mauro Andrada como héroe incuestionable. De ahí en más no hubo festejos grandes. El club volvió a descender a la Primera C un año más tarde, en el 2005, y allí estuvo durante 5 años. A mediados del 2010 cayó en la zona de Promoción, y luego de disputar dos encuentros contra Liniers, perdió la categoría y se convirtió en el primer equipo rosarino en bajar a Primera D, donde se mantuvo hasta la temporada 2024, cuando AFA decidió agrupar las categorías C y D en un solo torneo.

Entre sus instalaciones se encuentra el Polideportivo de Sorrento al 1.400. Cuidadosamente conservado, gracias a la ardua labor cotidiana de sus colaboradores y empleados, “el Poli” ha sabido ser escenario de transmisiones televisivas de baby fútbol durante el año 2000. Por entonces, toda la ciudad pudo comprobar el fenómeno que semana tras semana se recrea en las canchas de la ARF y, de paso, el impecable estado de su terreno de juego. En el 2011, y ya bajo la presidencia de Daniel Mariatti, el predio fue bautizado como “Néstor Kirchner”, y con más de cuatro canchas de once, significa un importante patrimonio para la entidad.

A la hora de apuntar campañas significativas, sus hinchas no dudan en señalar la realizada en 1984, cuando finalizó en el tercer puesto del campeonato de Primera B de AFA, y en el cual tuvo referentes históricos como Omar Montero, Adrián Bastía, Jorge Jansa, Claudio Bertolini y la brujita Raúl Belén. Por entonces no existía el Torneo de la B Nacional, y la lucha que mantuvo para ascender a la A, con Racing Club y Gimnasia y Esgrima de La Plata entre otros, es muy recordada y generó partidos imborrables. También la campaña de 1998/99 dejó huella. En esa temporada “el sala” se alzó con el campeonato de Primera B, obteniendo el pasaporte directo a la B Nacional.

Algunos de los que salieron del club, o pasaron por él en sus inicios, logrando luego escalar hasta planos superiores del profesionalismo son: Manuel Aragüez, Juan Marvezzi, Juan Zorrilla, el mismísimo Marcelo Bielsa, Abel Piva, Claudio Marini, Mauricio Piersimone, Rolando Schiavi, Nicolás Pavlovich, Mauro Vanadía, Mauro Gerk, y Pablo Vázquez.

Aunque deportivamente el club no esté en el esplendor de antaño, la institución significa muchísimo en la vida de tantísimas personas. Ha sido punto de encuentro para todo un barrio, y captador de jóvenes talentos, que aunque a la postre no llegaran al profesionalismo futbolero, aprendieron en sus canchas a compartir un equipo y disfrutar de este bello deporte.

*Reseña suministrada por la dirigencia del club.