La cita es en El Torito, un viernes, pasada las 18 horas. Para todo aquel que aún no haya visitado la zona, en Camino de los Granaderos 2321 un mural de Angel Di María junto a la puerta de ingreso del club atrae todas las miradas. Ese día hay práctica y, por un momento, da la impresión que toda idea de pandemia es sólo un mal sueño. Continuamente entran y salen chicos, jóvenes, madres y padres porque también esa tarde el club se pone la camiseta solidaria para ofrecer un plato de comida a todo aquel que lo necesite. De a poco, cerca de las siete de la tarde, vecinos de barrio La Cerámica, Nuevo Alberdi, y otros puntos cercanos comienzan a llegar a pie o en bicicleta con un recipiente para la comida del día.

Es una realidad insoslayable que desde marzo de 2020 numerosos clubes de la ARF se convirtieron en prestadores de servicios sociales además de organizadores de encuentros deportivos. Esta tendencia en alza que en parte se explica por el déficit del Estado para con la sociedad no hizo más que activar el ingenio de los directivos que pusieron manos a la obra y asumieron esta realidad con un compromiso encomiable. Vero y Roxi, ejemplos de todo este fenómeno, cocinan desde muy temprano unas 900 porciones de arroz amarillo que ya tienen destinatarios. No caben dudas que su labor es indispensable en toda esta maquinaria solidaria .

“Para muchos chicos el club es su casa”

Verónica Berti, Secretaria de la institución y mamá de un chico categoría 2009 cuenta: “Llegué del trabajo hace minutos y vine directo para el club. Desde marzo de 2020 no sólo abrimos las puertas sino las ollas.” Y agrega: “Desde que arrancó la pandemia, abrimos el club y hacemos todo esto a pulmón. Los viernes estamos acá con la olla solidaria, brindándole un plato de comida a la gente y durante la semana le damos el mate cocido a los chicos del club. Esta situación nos mostró no sólo la solidaridad de los clubes sino que hay muchas necesidades no resueltas.”

En cuanto a los efectos de la pandemia; Verónica cuenta: “No son sólo económicos. Si tenemos en cuenta que para muchos chicos el club es su casa, el impacto que trajo el cierre de los clubes y la reducción de las actividades fue muy negativo. Ellos acá sienten contención, sobre todo los adolescentes.”.

“Hemos crecido porque no vivimos del club”

“Cuando empecé mi gestión en el club primero pensé una idea, luego armé un proyecto y me encontré con muchas realidades, no sólo desde el aspecto institucional sino desde lo social. A raíz de esto, trabajamos con un psicólogo deportivo de la Municipalidad para que los chicos puedan empezar a hablar, expresarse, cosa que es muy importante y ayudó muchísimo. Sabemos que cuando los chicos hablan se abre un gran panorama de realidades”, cuenta Germán Ángel, al frente de la institución desde hace dos años y medio.

“Tenemos 300 chicos y 150 en lista de espera. La categoría 2017 ya tiene 12 chicos, la 2015 25 a 30 chicos y lo mismo la 2016. La verdad que se está dando un auge terrible pero también hay que sostener todo este proyecto en el tiempo. Si lo pudimos hacer en pandemia, podemos cualquier cosa.”

“Lo primero que hicimos fue blanquear el club y ponerlo en regla. Gestionamos muchísimo todo lo relacionado a Subsistencia, Personería Jurídica, cuenta bancaria oficial, entre otros trámites. El área contable que se ocupa de manejar el dinero del club, es controlada a su vez por cinco personas. Se hizo un grupo humano que tira para adelante. Sin dudas, hemos crecido porque no vivimos del club, no hay un secreto”, resume.

En cuanto a su formación previa a ser dirigente, Germán recuerda que el foco en lo social “viene de la escuela salesiana a la que fui y, además, porque trabajé muchos años con el padre Henry de Natividad del Señor. Creo que ser presidente es ir por muchos caminos no solamente obras o vamos a salir campeones. La formación no sólo debe ser futbolística sino hay que darle apoyo a los chicos y escucharlos”, destaca.

Gestionar bajo pandemia

En cuanto a cómo es gestionar bajo una crisis sanitaria de esta magnitud, Germán relata cómo fue el proceso. “Específicamente en lo que refiere a la pandemia la remamos muchísimo, hicimos lo que vos no te imaginas para tratar de que entre dinero. Hablamos con mucha gente y recibimos ayuda de todos lados. También quiero destacar la colaboración de Mario Giammaría quien nos dio una mano también en todo”, relata el presidente de El Torito.

 "El comedor solidario nos abrió la puerta para que mucha gente nos conozca"

“Hemos recibido mucha ayuda de todos lados y la pudimos mantener hasta el día de hoy. Quiero destacar la ayuda solidaria de los padres. A veces se da que conseguimos los materiales entonces uno dice yo soy albañil, yo soy electricista y nos hemos manejado así. El barrio necesitaba que El Torito sea una herramienta social en el barrio. Que los chicos se puedan sacar la mochila. El club es la base de la familia como la escuela y es la recreación más sana del chico. Antes que tenerlo en la calle con la violencia que estamos viviendo vos lo tenes acá disfrutando, compitiendo, superándose y quién te dice que alguno de sus sueños se pueda cumplir”, expresa el máximo dirigente de la institución.

Y, hablando de sueños ¿cuál es el tuyo?
¿El mio? Que el día de mañana se reconozca todo lo que se está haciendo y que cuando venga otro directivo tenga la misma formación y compromiso.

Para ayudar al Club

Si tenés botines, ropa o todo lo que pueda ser de ayuda para la institución, comunicate al 0341- 155 424094