El público rosarino no dudó en colmar el Estadio Cubierto de Newell's Old Boys el pasado jueves y viernes en ocasión del VIII Torneo Nacional de Futsal. Y lo bien que hizo, ya que los equipos que se metieron en las semifinales de esta importante competencia no defraudaron en absoluto. Entregaron partidos sumamente emotivos, vibrantes, y que se definieron en los últimos minutos (algunos incluso en los últimos segundos). Un espectáculo que bien valió la entrada, y que cuando finalizó nos hizo pensar a todos: “ojalá que se repita”. En el duelo decisivo entre el rojinegro y Barracas se estima que hubo más de 4.000 personas.

El campeón, merecido campeón, fue Barracas Central, un equipazo que por primera vez en su historia ganó este certamen, y que continuó así con la hegemonía de clubes de AFA imponiéndose, ya que Pinocho había ganado las tres primeras ediciones, y Boca Juniors las cuatro posteriores. En sus filas tuvo jugadores de altísimo rendimiento, pero todos ellos en un nivel parejo. Demostrando que en el futsal, como en tantos otros deportes de equipo, la faz colectiva vale más que la individual. Werner, Medina, Ramírez, Claudino y Marín fueron algunos de los que tuvieron lapsos fantásticos y descollaron por momentos.

Aún así, el que más brilló fue su arquero, Matías Quevedo, que venía siendo en todos los partidos la principal figura, evitando siempre una o varias jugadas claras del rival. Por si fuera poco, tuvo un broche de oro en la final, atajando un penal a dos segundos de que terminara el alargue. Gol que hubiese mandado la definición a los tiros penales. Velocidad, reflejos y sangre fría mostró este golero que llegó con la chapa de ser “suplente” en la Selección Nacional, pero que luego de esta consagratoria actuación, y con el DT Diego Giustozzi en las tribunas, bien podría convertirse en el titular del equipo albiceleste.

El Subcampeón fue Newell's. Equipo que hizo un torneo formidable. Los dirigidos por Fernando Lotuffo fueron el mejor de todos en la fase previa, y pasaron con goleada cómoda en la semifinal. No pudieron con Barracas en la final, pero estuvieron a la altura de tan poderoso contrincante. Le pelearon el título hasta el último segundo y acabaron con la valla menos vencida, gracias a su excelente arquero Lisandro Valdano. También tuvieron a uno de los dos goleadores del torneo, Luciano Avellino (con 10 goles), y ganaron el premio “Fair Play”, por ser el que menos tarjetas recibió.

En el tercer lugar del podio quedó otro club rosarino, y que dos de los tres escalones hayan sido ocupados por equipos de nuestra Liga nos enorgullece y mucho. Unión Sionista Argentina de Rosario fue la institución que se hizo acreedora de este privilegio, por sobre Alvear Club de Buenos Aires, ya que en sus 4 presentaciones sumó 9 puntos, por encima de los 6 que tuvo el conjunto porteño. USAR, además de haber tenido un impecable desempeño deportivo, tuvo en sus filas al otro goleador del campeonato: Ezequiel Dolber, con 10 festejos.

Lo importante es que todos los visitantes se marcharon satisfechos de su paso por la ciudad. Felices con la acogida que les brindó Rosario, y resaltando lo aceitado de la organización. No hubo ningún tipo de incidente, ni siquiera fallos arbitrales polémicos. Las jornadas comenzaron siempre puntualmente, tuvieron un marco y un color en las tribunas que motivó a todos, y los estadios, como ya era sabido, estuvieron en impecable estado, brindando todas las garantías de seguridad necesarias.

Felicitaciones entonces, a todos los que participaron en la organización, desde los directivos más altos de nuestra Liga, como el Sr. Mario Giammaría, pasando por el Coordinador del Futsal, Sr. Carlos Benítez, hasta los delegados de los Clubes que prestaron sus instalaciones, como el Sr. Franco Magnano de Newell's, o el Sr. Fabián Sirna de Provincial. El personal de mantenimiento, siempre presto a brindar su colaboración. El cuerpo arbitral completo, que se hizo presente en cada cotejo, y sino era para dirigir, era para apoyar a sus colegas, aportando todo lo que tuvieran a su alcance.

En una palabra... ¡Gracias! A todos ellos por habernos regalado este fantástico torneo, que esperemos no sea el último en nuestra ciudad.