Ni bien el árbitro pitó el final de la semifinal entre Barracas Central y Unión Sionista de Rosario, todos los que tuvimos la suerte de presenciar el encuentro no pudimos más que aplaudir de pie. El partido había sido un verdadero placer. Un espectáculo con todos los condimentos, que tanto para los de un equipo como para los del otro, así como para los neutrales, había generado una tensión, y una atención, impresionantes. El resultado, casi anecdótico. Ganó Barracas. Y ganó bien. Porque es un equipazo, pero debió sudar hasta el último instante para hacerse del pasaje a la final.

Terminó siendo por tres (9 a 6), pero pudo ser por dos, o por uno. Incluso pudo ser empate. Porque el campeón rosarino mostró una entrega tremenda. El partido comenzó parejo, es más, con un par de buenas chances favorables al equipo de Julio Battig. Sin embargo, ese imbatible arquero que tiene Barracas bajo los tres palos impidió la apertura con un par de buenas atajadas. A los tres minutos tapó con el pie un remate de Kevin Garmizo, que había recibido un centro de Solzi por derecha.

A los cinco abrió la cuenta Mauro Quetgla. El “14” enganchó con un rápido movimiento, y sacó un latigazo de derecha inagarrable. A los nueve, tras una jugada algo sucia, ampliaron el marcador. Se llevaron trabando y cuerpeando un balón por el sector izquierdo, y luego ya con superioridad numérica no perdonaron. Definió Ángel Claudino abajo del arco. Él y el arquero Quevedo son, sin dudas, dos de los grandes sostenes del éxito rojiblanco.

Es más, un ratito más tarde, el arquero suplente de la Selección Nacional, le tapó un remate impresionante a Epsztein, y lo festejó como si fuera un gol. Y es que realmente sus atajadas son goles que evita. A 35 segundos del final del primer tiempo Barracas metió el tercero. Fue un golpe psicológico duro para Sionista, más teniendo en cuenta que tanto sus jugadores como su cuerpo técnico consideraban que había existido falta sobre Epsztein. Ya con el balón en su poder, Barracas no perdona. El que facturó, nuevamente, fue Nicolás Medina.

A los dos minutos del complemento Kevin Garmizo empujó un centro de Solzi y estableció el 1-3 esperanzador. No obstante, enseguida Barracas le contestaría con una catarata de goles. Nicolás Medina (a los 8’ ST), Damián Marín (a los 9’ ST), y Diego Lamas (a los 11’ ST) parecían sellar la historia con un duro 6-1. Aunque ya lo dijimos, USAR nunca se rindió y empezó su resurgimiento mediante un penal de Martín Solzi a los 15’. Apenas sacaron del medio llegó el tercero, de Ezequiel Dolber, rebotero por excelencia, y apenas un minuto y medio más tarde una mano adentro del área derivó en otro penal que también capitalizó Solzi. Era 6 a 4 y la hinchada de USAR enloquecía.

Por si fuera poco llegó un gol más, de Guido Guelmen, sacando un remate sorpresivo y a la ratonera. Faltaban dos minutos y los dos equipos estaban con cinco faltas. Es decir, una infracción de cualquiera terminaría con el otro mano a mano con el arquero rival. Y el que se equivocó y cometió dos faltas seguidas fue USAR. Ambas convertidas por Marín, llevando el tanteador a 8 a 5. Aún así llegó un nuevo gol de Dolber, cayéndose e intentando fallidamente una chilena, en el extraño movimiento pudo descolocar al infranqueable Quevedo: 8-6. Y a segundos del final, cuando la suerte estaba echada, Marín volvió aprovecharse de la portería vacía y señaló el último gol para decorar su victoria.

Inolvidable noche de futsal vivimos en el cubierto de Newell’s, y grandioso fue lo hecho por el elenco de la colectividad israelita, siendo un dignísimo rival para este genial equipo porteño, y demostrando a las claras que pese a que ellos tienen jugadores súper profesionales (en nuestra ciudad no son rentados), estamos a la altura física y técnicamente para jugarles de igual a igual.

USAR: Brian Garmizo, Guido Guelmen, Damián Epsztein, Martín Solzi y Kevin Garmizo. Suplentes: Ezequiel Teitelman, Nicolás Teitelman, Demien Seiguer, Alan Banquer, Martín Embon, Leandro Leviton, Darío Leviton, Ezequiel Dolber y Julián Anmuth.

Barracas Central: Matías Quevedo; Leandro Werner, Walter Pucheta, Damián Marín y Diego Lamas de la Vega. Suplentes: Fabrizio Mariano, Diego González King, Oscar Borghetti, Daniel Ocaranza, Ariel Flores, Nicolás Medina, Gabriel Ramírez y Ángel Claudino.

Figura: Ángel Claudino. Cada vez que cambiaba el ritmo, o quebraba la cintura, generaba peligro. Convirtió sólo uno pero asistió en varios. Jugador de Selección.