Cuando en Rosario se habla de Central y Newell's es imposible no encontrarse con opiniones del tipo: “Es el clásico más pasional de Argentina”. Y probablemente lo sea. Ya que futbolistas e hinchas, lo juegan y lo viven como esa frase lo expresa. Así, nos permitimos disfrutar partidos que pueden ser mejores o peores desde lo técnico (a veces se impone el afán de ganar, a veces el temor a perder), pero que siempre, sin excepción, son intensos. Y el contexto, que influye para llegar a esa afirmación, el calor y el color que otorgan los hinchas, nunca falta.

Lo bueno es que últimamente en los clásicos de Rosarina, el marco de público se ha comportado de manera ejemplar. Y hay que destacarlo. Este sábado el futsal dio un gran paso hacia el futuro. Con motivo de una nueva fecha del campeonato de Divisiones Inferiores, Rosario Central y Newell's Old Boys se enfrentaron en la cancha del Colegio Boneo, donde el Canalla juega como local. Y todo transcurrió como debía ser, en paz, algo que ya se volvió costumbre en nuestros torneos bajo techo.

Gracias a la colaboración y a la buena predisposición de los delegados y directivos de cada club, tanto la organización previa como también durante y después de la jornada, fue un éxito. Las incidencias del juego, o los resultados producidos, no influyeron en absoluto para alterar la armonía. La mañana del sábado sirvió para demostrar que el camino para eliminar la violencia de las canchas está delimitado y en Rosarina estamos transitando por esa vía.

Desde las 9 de la mañana, las cinco categorías juveniles solo se preocuparon por jugar ya que, fuera de los límites de la cancha, los adultos presentes se dedicaron a disfrutar del espectáculo (como debe ser). Bajo la atenta mirada y el control de los coordinadores Mauricio López, por los Auriazules, y de Franco Magnano, por la Lepra, cada partido se desarrolló con normalidad, rescatando el orden y el respeto en todos los espacios.

Sin dudas que el paso de las jornadas refleja el crecimiento que se ha tenido en relación a la prevención de hechos de violencia. Apoyados en el preventivo accionar de la Asociación Rosarina de Fútbol y con la permanente colaboración de los actores directos de cada entidad, la posibilidad de tener en un futuro inmediato la presencia del público que se merecen estos espectáculos se torna cada vez más real y cercana. Un nuevo triunfo organizativo, a favor del juego y la paz.