Poco en el arranque, se disputaba mucho en la mitad de la cancha y los arqueros miraban el encuentro pero sin participación. Mucho roce en la mitad de la cancha y la imprecisión se hacía presente en toda la cancha.

Recién promediando la primera parte llegaría la primera clara, un desborde por izquierda de Jonatan Morales que centró a Nino Palmigiano que de cabeza alcanzaba a conectar muy exigido, la pelota terminaba afuera, pero el 9 de la visita empezaba a marcar terreno.

En la siguiente llegó el gol, mano a mano de Federico Hernández que optó por tirarla al medio en vez de definir y la pelota dio en un defensor y quedó picando, la encontró el goleador de cabeza para abrir el marcador. Un poco de justicia, ya que Unión era más. Sin grandes sobresaltos llegaba el entretiempo.

En el complemento Banco mostró todo su repertorio, en la primera que tuvo la tomó Ezequiel Chaudero desde afuera del área, vio al arquero rival adelantado y con un remate preciso la colgó en un ángulo y empataba el partido.

Después de un primer tiempo en el que la visita hizo todo el desgaste, con el empate parcial se derrumbó y apareció lo mejor del local. De cabeza conectó Martín Santolari pero la pelota terminaba afuera. Luego llegaría un error de Cuellar que se resbalaba y Guido Cardile se llevó por delante el balón que no entraba.

A partir de estas situaciones se fue acomodando mejor el Rojinegro y emparejó el trámite, si bien no había mucha acción en los arcos, el encuentro se mostraba entretenido porque se sabía que algo más podía pasar.

De hecho fue así cuando en tiempo cumplido, Palmigiano dentro del área eludió a dos marcadores y definió fuerte abajo. Se infló la red y el grito de gol se hizo presente en el estadio. Luego el pitazo final terminaría de desatar la alegría de los visitantes.

Unión ganó un partido fundamental por el torneo, para que no se le escape Newell´s y seguir metido en la pelea. Banco mostró mucha personalidad pero se quedó con las manos vacías por la falta de definición.