“Y dale alegría, alegría, a mi corazón” reza una canción del canalla Fito Paez, y es lo que le brindó este equipo de Rosario Central a toda su fiel parcialidad que este jueves, 6 de diciembre, recorrió casi 900 kilómetros para acompañarlo. Es que el conjunto de Arroyito pudo romper todos los maleficios y consiguió un título afista luego de cosechar tres subcampeonatos en este mismo torneo, tras aquellas recordadas finales ante Huracán (2014), Boca (2015) y River (2016).

Y esa anhelada Copa Argentina que se le venía negando finalmente se pudo alzar anoche, en el Malvinas Argentinas de Mendoza, luego de empatar 1 a 1 con Gimnasia y Esgrima de La Plata, y superar al equipo de Pedro Troglio 4 a 1 en la tanda de penales. Así, el auriazul pudo cortar una racha de 23 años sin vueltas olímpicas (su último festejo había sido en la Conmebol de 1995), para satisfacción y desahogo de toda su gente.

El equipo del “Patón” Edgardo Bauza, sin tener un juego demasiado vistoso o arrollador, se las ingenió para ir superando etapa tras etapa, y eliminar a Juventud Antoniana de Salta, Talleres, Almagro, Newell's, Temperley y finalmente el lobo platense, ayer, un club sin dudas muy deseoso de conseguir un título local. Lo cierto es que el remate a la red de Caruzzo le permitió al pueblo “auriazul” dar rienda suelta a un alocado festejo que promete prolongarse por varios días.

Desde la Asociación Rosarina de Fútbol queremos felicitar a todos los que forman parte de nuestro club afiliado, directivos, empleados, cuerpo técnico del plantel profesional, jugadores, y por supuesto a los miles y miles de hinchas que desperdigados por toda nuestra ciudad, o bien volviendo desde el Estadio cuyano, celebraron esta quinta estrella local, que venía resultándoles esquiva. ¡Salud forjador de campeones!