Fotos Morning: Tony Del Duchetto para Pasiones Rosarinas. Fotos Banco: José L. Jiménez para Pasiones Rosarinas.

EL VERDE TUVO SU REVANCHA

Morning Star, dirigido técnicamente por Facundo Parrino desde enero de 2015, tuvo este fin de semana su premio a tres años de perseverancia. Es que el joven DT había llevado al elenco de “la estrella”, en lo que era su debut en Primera División como entrenador, a estar a un pasito de subir en la temporada 2015. Ese año su gran campaña sufrió algunos altibajos en las últimas fechas, y lo que parecía ascenso seguro, terminó siendo desempate ante Argentino, y triunfo del salaíto, que sería a la postre el que subiría junto a Mitre de Pérez.

Pero la dirigencia le renovó la confianza al cuerpo técnico y hoy disfruta los dividendos que deja apostar a un proceso a largo plazo. Tras un 2016 de transición, este año fue a puro éxito. Sobre 19 partidos jugados “el verde” ganó 13 y empató 6. Llega invicto a las últimas tres fechas, y aunque todavía no aseguró el título de campeón (el único que puede arrebatárselo es Provincial, que marcha tres puntos por detrás), sí aseguró una plaza al Molinas 2018.

Tiene la valla menos vencida por lejos, apenas 9 goles recibidos; y el segundo mejor ataque detrás de Tiro Suizo, su rival del sábado, con 39 tantos convertidos. Morning Star, que también tiene las divisiones inferiores en la Zona A1, vuelve a la máxima división en Primera luego de siete temporadas jugando la Copa Pinasco (había descendido en 2010). El Cuerpo Técnico lo completaron Damián Benítez y José Luis Moreyra, los Profes encargados de la parte física; Cristian Prudente, el kinesiólogo; y Martín Sosa, Ayudante de Campo y Coordinador de todas las inferiores.

El plantel tuvo esta temparada siete refuerzos en relación al año pasado. Casi la mitad de ellos procedentes de Defensores Unidos (Heredia, Navarro y Medina). Además sumaron a Julián Oliveros de Griffa, a Rafael Leguizamón de Tiro Federal, a Leonel Álvarez de Río Negro y a Franco Vera de Provincial. Lo curioso es que su arquero esta campaña, Juan Cruz Pérez, fue el cuidapalos de Argentino en aquel recordado cotejo desempate de 2015. “Juan ahora nos devolvió lo que nos había quitado aquella vez” contó con humor el propio Parrino, que a los 33 años ya lleva dos títulos de inferiores y este éxito, sin dudas resonante.

EL TRICOLOR QUIERE RECUPERAR SU PRESTIGIO

El Club B.A.N.C.O, tradicional en la zona norte de nuestra ciudad, hacía cuatro temporadas que militaba en la tercera división de Rosarina. Una categoría de la que no podía despegarse pese a sus no tan lejanos momentos de bonanza deportiva. En 2012 jugó el Molinas, y ese mismo año descendió a la B. Al año siguiente bajó a la C, y desde entonces jugó 4 torneos en la Copa Reyna. En este acaba de asegurarse la segunda plaza (el primero que había ascendido había sido 7 de Setiembre), e incluso tiene una remota chance de ser campeón.

BANCO lleva 56 puntos y 7 de Setiembre 65. Justo 9 unidades cuando faltan tres fechas por disputar. Con un punto más los dirigidos por Walter Fleitas se adjudicarán el título, aunque el objetivo primordial de ambos ya esté abrochado. La campaña bancaria incluye 18 triunfos, 2 empates y 3 derrotas. Con 47 goles a favor y 18 en contra. Su Director Técnico fue el ex delantero del club, Carlo Valeriotti. Tiene 30 años y está en el club desde los 5. Jugó desde el baby hasta ser mayor en primera. Su Ayudante de Campo fue otro ex jugador (en su caso, un defensor), Matías Viscusso. Y su Preparador Físico fue Milton Belguich.

A tres fechas de la finalización del torneo, el tricolor le sacó 12 puntos a Olympia, el tercero. Superó 3 a 0 en su cancha a Semillero, en un partido que fue preparado como una fiesta por su gente. Y es que la ilusión de conseguir el ascenso estaba, y los jugadores dentro del campo no defraudaron. Con tres tantos de Leandro Gurrieri (delantero que llegó a jugar en la Primera División de Rosario Central), consiguieron la victoria buscada y tras los 90 minutos dieron paso a los festejos, y el desahogo de directivos, allegados e hinchas.

“Algo para destacar – comenta Alberto Massari, Presidente de Banco – es que todos los entrenamientos eran 30 muchachos y 10 de ellos eran mayores, cuando solo pueden jugar 3 por partidos. Y así todo seguían yendo. Y se bancaban con paciencia la rotación”. Esa realidad, que a muchos clubes les toca atravesar, tiene que ver con los recambios generacionales, y habla a las claras de la unión de un grupo que evidentemente estaba compenetrado con la obtención de un objetivo. ¡Felicitaciones!