Es bastante común que ex jugadores y técnicos retornen en algún momento a nuestra Sede. Es que la Asociación Rosarina de Fútbol nuclea a 52 clubes de la ciudad y alrededores, y es justamente, “la Casa del fútbol rosarino”. Por eso, y como todos los caminos conducen aquí, no extraña que en el último tiempo hayan venido Gerardo Martino, Miguel Ángel Russo, Ricardo Giusti, Daniel Killer, Daniel Sperandío, Roberto Abbondanzieri, Santiago Solari y José Chamot, entre tantos otros.

La mayoría de los mencionados pasaron por aquí para acompañar a sus hijos, que retiraban sus respectivos carnets para jugar en nuestros torneos. Hoy fue el turno de Iván Moreno y Fabianesi, que tras dejar el fútbol hace poco, se encuentra en pleno proceso de adaptación a su vida de “ex jugador”. El “gallego” tuvo un último paso por Huracán de Parque Patricios, en 2015, y así redondeó 18 años de carrera, con alrededor de 510 partidos disputados (Fuente: Wikipedia).

Iván se mostró feliz de regresar a la “Casa” que conoció cuando todavía era un adolescente. El volante que llegó al profesionalismo en Rosario Central (debutó en Primera a los 19 años), fue fichado en Rosarina en el año 94, y no justamente por el canalla, sino por su rival de toda la vida: Newell's. Luego de dos años en el rojinegro, Moreno y Fabianesi pasaría al auriazul, y allí se haría profesional (lo hizo debutar Miguel Ángel Russo en octubre del 98).

“Yo jugué en una Selección de Rosarina, no me olvido más. Fue en el año 94. Era un torneo juvenil de la Federación Santafesina... creo que se disputó en la ciudad de San Lorenzo” rememoró el ex Colón y Estudiantes entre otros. Al ver las casacas rojiblancas encuadradas en las paredes se emocionó “claaaro, usábamos esa camiseta” señaló mientras contemplaba las casacas históricas de nuestra Asociación.

Luego de una breve recorrida por el Salón “Lorenzo Biondo”, y de apreciar las modernas instalaciones de Rosarina, Moreno cumplió con su rol de padre. Esperó a que su pequeño hijo se sacara el carnet habilitante (jugará en San Telmo de Funes) y se marchó, no sin antes saludar cordialmente a todos los que cumplían el mismo ritual, y se acercaban para pedirle una foto o un autógrafo. Esperemos verlo pronto en alguna cancha, aunque claro, ahora será en su “función” de hincha-papá.