Su figura no es respetada todo lo que nos gustaría. Su presencia es reprobada por la gran mayoría del público apenas aparece en escena. Sin embargo, ellos siguen administrando justicia cada semana, cada año. A las dificultades que encuentran en su camino, al contexto de hostigamiento permanente que deben afrontar, ellos le responden con valentía, estoicismo, y perseverancia. Hablamos del árbitro del fútbol, ese que cada 11 de octubre festeja su día. A todos los árbitros del mundo, y especialmente a los que trabajan en los torneos de la Asociación Rosarina de Fútbol, queremos desearles un muy feliz día.

El árbitro, a diferencia del jugador, no tiene hinchas. Carece de ese apoyo tan necesario en cualquier actividad. Aún así, se sobrepone y se fortalece en la interacción con sus colegas. Es cuestionado permanentemente en sus decisiones, se ve obligado a profesionalizarse y mejorar pese a que no siempre actúa en ligas profesionales. Ese hombre, al cual muchos fanáticos quieren reclamarle infracciones que ni una máquina vería, debe sobreponerse en ocasiones a circunstancias personales que lo afectan, por ejemplo la tragedia que ocurriera este viernes con los cuatro árbitros de la Liga Cordobesa que fallecieron en plena ruta yendo a dirigir un encuentro nocturno.

A esos hombres que con su presencia siguen permitiendo que este maravilloso deporte se juegue, les queremos agradecer por su trabajo y los queremos saludar en este, su día. A ellos y a sus familias, que les permiten generosamente ausentarse cada fin de semana. ¡Feliz día muchachos! ¡Feliz día amigos! ¡Feliz día árbitro!