Por Miguel Martínez.

La partida precoz de futbolistas rumbo a otros destinos o ligas es algo a lo que ya estamos acostumbrado en el país, y por supuesto también en la ciudad. La Asociación Rosarina de Fútbol ha sido históricamente la cantera de miles y miles de jugadores que luego de formarse, desarrollarse y crecer en sus clubes afiliados, buscaban un progreso económico probando suerte en equipos profesionales, generalmente los grandes de la ciudad. Ahora bien, este proceso lógico fue mutando con el tiempo, y hoy en día el abanico de posibilidades que se le abre a las jóvenes promesas del balompié es infinitamente más grande que el que tenía un jugador de antaño.

Los contactos y la comunicación entre clubes de lejanas latitudes son más fluidas por el avance de las nuevas tecnologías, y la chance de mostrar las virtudes también está al alcance de todos, y se puede lograr con cualquier camarita de mano. Por eso no extraña demasiado que cada vez se marchen más jóvenes los chicos que la rompen en los torneos de divisiones inferiores de la ARF, algunos incluso sin llegar a integrar el primer equipo de su club de origen.

Últimamente resulta habitual toparse con el nombre de algún jugador conocido en nuestro medio, al abrir un diario o prender la radio, para informarse de los torneos grandes de nuestro país. Por ejemplo, en la Primera B Nacional, torneo al que este año, con la presencia de River Plate, se le está dando una relevancia en los medios histórica, hay varios futbolistas con pasado en Rosarina. Uno de ellos es Nicolás López Macri, delantero por derecha que juega en Instituto, y es oriundo de nuestra ciudad.

López Macri disputó los 11 partidos que jugó “la gloria” en el presente torneo, el cual por cierto lo tiene como protagonista destacado, y se erigió en la grata sorpresa del equipo que dirige el ex Newell's, Darío Javier Franco. López Macri había llegado al club de Alta Córdoba como una apuesta de su dirigencia, se ganó un lugar durante la pretemporada, entró en la consideración del DT, debutó en la primera fecha ante Huracán, y sus buenos rendimientos le valieron la titularidad y el amor de los hinchas rojiblancos.

El pibe, categoría 90, tiene el contrato mínimo para la B Nacional y aquí jugó en Rosario Central, Renato Cesarini, y aunque no fichó, también se probó en Newell's. Luego partió rumbo a La Plata, donde pasó por Estudiantes, sin mayor suceso, para recalar finalmente a este buen equipo de Instituto. En una reciente nota periodística Nicolás admitía: “la verdad que estoy muy contento. Me están dando confianza, tanto el cuerpo técnico como el grupo, y espero poder seguir demostrando mis condiciones”.

Otro rosarino que desde hace rato viene dando que hablar en los clubes del norte argentino es Pablo Emanuel Saucedo, un volante central que tiene 22 años, y juega en el Gimnasia y Esgrima de Jujuy que dirige otro rosarino, Salvador Ragusa. Este chico hizo inferiores en Pablo VI, luego pasó a Newell's Old Boys, y en el 2010, con 21 años, fue dejado libre por “la lepra”. Se fue a Gimnasia y Tiro de Salta y luego al "lobo jujeño", donde además de él hay además otros conciudadanos. Uno de los arqueros suplentes del plantel es Maximiliano Cavallotti, ex Newell's; uno de sus defensores Diego Chitzoff, ex Tiro Federal y Rosario Central; y otro zaguero Fernando Moreyra (un categoría 90 ex Newell's).

En Boca Unidos de Corrientes está “el gitano” Martín Mustachi, ex volante de Central Córdoba. En Atlanta Emiliano Ferragut, mediocampista ex Newell's y Tiro Suizo, que viene de convertir un gol en la goleada conseguida por el “bohemio” en Jujuy, y con 3 tantos se convirtió en el máximo artillero del equipo de Villa Crespo. En Chacarita desembarcó Juan Manuel Cobelli, el delantero hermano de Sebastián, que sí llegó a la primera del rojinegro, pero por problemas contractuales con la dirigencia no permaneció en el club del Parque Independencia. También integran el plantel funebrero Santiago Raymonda (ex C. Córdoba) y Franco Dolci (ex Newell's).

En Defensa y Justicia está Franco Lazzaroni (ex Tiro Federal). En Ferro Guido Di Vanni, delantero ex Adiur que el año pasado hizo pie en la primera de Banfield, pero al no poder convertir debió buscar otro destino, y lo encontró en la entidad de Caballito. En Patronato de Paraná juega Ignacio Boggino, ex Central y Morning Star; así como también Mariano Echague, volante que durante un par de temporadas integró la local “canalla”. En River debutó este año Luciano Abecasis, ex marcador de punta de Juan XXIII y Rosario Central. Y en Quilmes sigue siendo una de las alternativas de ataque Pablo Vázquez, ex Adiur y Argentino.

En materia de Directores Técnicos hay clubes que tienen una predilección por los nacidos en Rosario. En Atlético Tucumán estuvo Jorge “el indio” Solari hasta la fecha 9, y luego de marcharse tras una serie de flojos resultados, asumió “el chocho” Juan Manuel Llop, otro oriundo de la cuna de la bandera. En Guillermo Brown de Puerto Madryn el DT de ascenso, y uno de los artífices de la histórica campaña del club patagónico en el Argentino A, fue Arnaldo “Cacho” Sialle. En la quinta fecha de la B Nacional debió ceder su puesto, y el que lo tomó fue otro rosarino: Dalcio Giovagnoli.

En ambos clubes hay pibes con pasado en Roarina. En “el decano” tucumano juegan Mariano Fermani, volante surgido de Renato Cesarini; Gonzalo Garavano, delantero ex Newell's y Tiro Suizo; Federico Nicosia, arquero ex Rosario Central y Newell's Old Boys; y Silvio Iuvalé, volante ex Newell's, Central Córdoba y Tiro Federal. En el “Brown de Madryn” recalaron Gastón Cozzoni, hijo de “la chancha”, ex defensor de Ñuls; Carlos Del Giorno, también ex zaguero rojinegro (él en verdad es riojano); y Hernán Zanni, otro volante de NOB que supo brillar y mucho en el Molinas.