Por Miguel Martínez.

Cada 11 de octubre se conmemora el “Día internacional del árbitro de fútbol”, y desde ésta, la página oficial de la Asociación Rosarina, queremos saludar a todos y cada uno de los referís que imparte justicia en la Liga decana del interior del país. Actualmente el plantel arbitral supera los 150 integrantes, y está compuesto por jueces de cuatro Colegios distintos. Para cubrir el total de partidos que se programan cada fin de semana, se cuenta con los servicios de A.R.A.F (Asociación Rosarina de Árbitros de Fútbol), U.A.R (Unión de Árbitros de Rosario), Tres A (Asociación de Arbitros Argentinos), y los más de 90 surgidos del Colegio de la ARF.

El referato local ha experimentado un enorme progreso en los últimos años. A su ya incuestionable prestigio, alcanzado tanto a nivel nacional como internacional, hay que sumarle los numerosos cursos de capacitación y perfeccionamiento a los cuales han asistido sus principales referentes, buscando optimizar su desempeño adentro de un rectángulo de juego. Esto es fácilmente comprobable si se enumera la gran cantidad de árbitros nacionales y prenacionales que posee la liga. Es más, este fin de semana concurrirán Lisandro Popolo, Ramiro Toledo y Nazareno Arasa a Capital Federal para cumplimentar con el penúltimo módulo del Curso de Árbitro Nacional (en noviembre deben concurrir al último, donde rendirán el examen para recibirse). Es decir, muy probablemente el 2011 culmine con tres jóvenes árbitros nacionales más, oriundos de nuestra ciudad.

Asimismo, y como sucede cada año durante el mes de octubre, “los hombres de negro” celebrarán su día con una gran cena-show, esta vez en la Sociedad Polonesa de Rosario, cita en Regimiento 11 al 100 (es en pleno Barrio Saladillo). La cita será el sábado 22 de octubre, una fecha para nada casual, ya que al día siguiente no tendrán actividad por ser fecha de elecciones nacionales (el domingo 23 del corriente serán los comicios para Presidente), y podrán divertirse hasta entrada la madrugada.

El árbitro, sin dudas, debe poseer una vocación muy arraigada por su profesión, pues debe afrontar ciertas circunstancias que en otro tipo de actividades laborales no ocurren. Por ejemplo, el hostigamiento al que algunos fanáticos mal entendidos los someten cada fin de semana y, sabido es, los árbitros son los únicos que son visitantes en todas las canchas. Pese a todo, ellos hacen grandes sacrificios para cumplir siempre de la mejor manera con su tarea. Errores o aciertos al margen, la figura del árbitro ha ido tomando cada vez más relevancia en el fútbol, y hoy por hoy deben estar sumamente preparados, tanto física como teóricamente, para estar a la altura de los requerimientos que tanto FIFA como AFA imponen, y poder tomar decisiones en milésimas de segundos.

Es curioso que una figura tan poco popular en el ámbito del deporte, tenga asignado un “día” en el almanaque, igual que la madre, el padre, o los abuelos. Esto nos remonta en el tiempo, en busca de la explicación. El filósofo inglés John Locke, al hablar del origen de las sociedades, partía de una hipótesis llamada “Estado de Naturaleza”. Afirmaba que en ese Estado todos los hombres eran libres, iguales, y aunque casi no había leyes, nadie dañaba a nadie. Pero cuando empezaron a surgir conflictos entre los hombres en razón de su propiedad, y como no existía la figura del juez, cada uno era juez y parte de su propia causa. Esto generó enfrentamientos y hostilidad, y llevó a vivir en la inseguridad y el miedo.

Ante tal situación, Locke afirma que el hombre entraría en el Estado de Civilización o Sociedad en el momento en el que surgiese una figura que impartiese justicia entre los litigantes; y esa figura (como la del gobernante) debía ser alguien querido y respetado por todos los individuos. Cuando todos consintieron tal figura, el hombre abandonó el “Estado de Naturaleza” y entró en la Civilización o Sociedad, donde hay reglas que cumplir para convivir pacíficamente. Algo así sucedió en el cosmos futbolístico. En los albores de este deporte, los equipos se desafiaban entre sí, sin árbitro alguno. Los contendientes creían que podían subsistir sin él. Sin embargo, las actitudes violentas suscitadas por el desacuerdo entre unos y otros, y la hostilidad creciente, los llevó a consentir la necesidad de incorporar un juez. Así nació el árbitro, que impuso la cordura y la justicia en el fútbol.

Fue entonces, con la consolidación del árbitro, cuando el fútbol dio un salto cualitativo y se sociabilizó. He ahí que el árbitro sea la figura moral del partido; el garante de los valores deportivos; y el custodio de que se cumplan las reglas del juego. Por eso un “picado” entre amigos se convierte en un partido de fútbol serio cuando se le incorpora una terna arbitral. Esperemos, y desde aquí hacemos nuestros más sinceros votos, para que en las jornadas del próximo fin de semana, los árbitros de la ARF sean respetados y recibidos en los clubes con la cordialidad que su importante función siempre merecería.