Rosario Fútbol Radio conversó el pasado domingo con Mario Giammaría, Presidente de la Asociación Rosarina de Fútbol, y aquí te brindamos un amplio informe de sus declaraciones, sumadas a otras que formuló en diversos medios de la ciudad. Si no lo escuchaste, y querés conocer a fondo los verdaderos motivos que dieron origen a esta decisión, y la realidad del fútbol amateur de la ciudad, no te pierdas esta entrevista.
Foto: Miguel Martínez.
__Antes que nada le quiero agradecer a todas las familias de nuestros deportistas que han sabido entender esta decisión, que han tomado conocimiento de las causas reales que la motivaron, y que se han comunicado con nosotros por distintos medios manifestándonos su apoyo.
Cuando no se está directamente involucrado en el manejo de las instituciones, lo primero que se escucha ante una medida de esta naturaleza son las preguntas. ¿Por qué se paró?, ¿Qué andaba mal? ¿Cuándo va a volver el fútbol?, y esos interrogantes incluyen a más de 17.000 familias que todos los fines de semana transitan por las canchas de los distintos clubes de la Asociación.
Creo que las respuestas a esos interrogantes les fueron llegando a través de los distintos medios que me han entrevistado telefónicamente o he asistido personalmente, o por intermedio de las reuniones explicativas que nuestros directivos están realizando en sus instituciones.
Hace rato que yo venía alertando sobre una situación que atentaba contra el normal desarrollo de nuestras actividades y reclamando la presencia más activa de un Estado totalmente ausente y esa sumatoria de factores sin respuestas, derivó en esta decisión de parar la pelota, que ha tomado nuestra dirigencia.
__Sin dudas. Actualmente nuestra Asociación congrega a 64 clubes afiliados, 1.140 equipos inscriptos, 17.000 jugadores activos y disputamos 560 partidos por fin de semana. En cada club de barrio se construyen a diario historias de heroísmo, de solidaridad, de amor, de inclusión social. Gran cantidad de chicos reciben más afecto en el club que en su propia casa. Entonces si algunas de las familias que disfrutan de esos espacios de contención, atentan contra la actividad, inducidos por inescrupulosos profesionales del derecho, que no sabemos como catalogarlos, que quizás hayan obtenido algún dinero con otras acciones, como accidentes de tránsito o laborales y creen haber encontrado una veta por la cual hacer un negocio importante de la noche a la mañana, pretendiendo instalar una “industria del juicio” en contra de nuestras instituciones, les decimos que están completamente equivocados en su accionar, ya que nuestras actividades son de carácter completamente amateur y solidario.
La crudeza de la realidad social que nos rodea, ha ido transformando nuestros objetivos y de ser simplemente organizadores de actividades deportivas, pasamos a convertirnos en prestadores de servicios comunitarios. Hoy nuestras instituciones o sus familias tienen que hacerse cargo de, revisaciones médicas preventivas, servicios de emergencias, cobertura básica de salud y seguros de vida para los deportistas. Pero a pesar de absorber todo eso, están expuestos a recibir reclamos vía judicial por daños de responsabilidad civil intangibles y cuyos montos además de ser exagerados e impagables, son difíciles de justipreciar adecuadamente, pero que aportan incertidumbre a las entidades demandadas y ponen en jaque la normal continuidad de nuestros torneos.
__Creo que es una medida que tendríamos que haber tomado mucho antes. Obviamente estamos amargados porque la razón de ser de las Asociaciones deportivas es promover, difundir y fomentar la práctica del deporte, y tomar la decisión de interrumpir estas actividades, que convocan a tanta gente y que han ido creciendo a través de los años en prestigio y trascendencia, no es una medida grata de tomar. Interrumpir las competencias es en principio lo que hemos decidido para ver si de alguna manera podemos frenar todo esto, tomarnos un tiempo para explicárselo adecuadamente a nuestra comunidad deportiva e instalar el tema en la opinión pública con la esperanza de ver si podemos despertar conciencias y modificar conductas en los estamentos del estado municipal, provincial y nacional, no sólo en las áreas exclusivamente del deporte sino también en las que atienden las demandas sociales, comunitarias y de seguridad.
__Esta es una actividad de riesgo, porque el que ha jugado al fútbol, o el que lo sigue jugando, asume que se trata de un deporte de roce, un deporte de contacto, y la lesión es una consecuencia que está dentro de las posibilidades. No debe haber nadie que no sepa que jugando al fútbol se está expuesto a un choque de cabezas, una fractura, un esguince, o una lesión ligamentosa. Si jugara al ajedrez o al tenis de mesa, no estaría expuesto a este tipo de lesiones. Es algo intrínseco de la actividad.
Detrás de los 560 partidos que organizamos por fin de semana, está la posibilidad de una lesión y si detrás de cada lesión está latente la posibilidad de un juicio, no va a haber espaldas que aguanten, ni sistema de coberturas que resista. En algunos casos nuestros clubes son tan modestos, que ocupan terrenos municipales, provinciales o ferroviarios y al no disponer de bienes para responder, los abogados están accionando contra el directivo.
La mayoría de nuestros directivos llegaron a los clubes de la mano de su hijo, y a las dos semanas les dijeron “¿querés cobrar entradas?”, o “¿querés cortar el pasto?”, o “¿podés vender unas rifas?” y al tiempo: “¿querés colaborar en la Comisión Directiva?”. Y así comenzaron como simple vocales y casi sin proponérselo, ni capacitarse adecuadamente, se transformaron en Presidentes, Secretarios o Tesoreros de un club.
En buena hora que haya cientos de voluntades así de generosas, que dedican horas de su tiempo libre para asumir esos compromisos al servicio de la comunidad. Pero aunque vos quieras trabajar por la comunidad, por tu hijo, o por tu nieto, cuando veas que por asumir un rol que le corresponde al Estado, y que por un vacío legal que no te protege, corre riesgo tu propio patrimonio, lo vas a pensar dos veces o más antes de aceptar un cargo en los clubes de barrio.
__No. Todavía no tenemos ningún fallo firme en contra, pero hay varias acciones que se están tramitando en sede judicial, en este sentido yo apelo a la sabiduría y cordura de los jueces actuantes, que puedan aportar fallos equilibrados que pongan freno a esta locura y garanticen la continuidad de las actividades deportivas.
Estamos transitando indudablemente un camino peligroso de horas inciertas, porque si algún caso sienta jurisprudencia y le dan luz verde a un reclamo de esta índole, esto se puede hacer extensivo a las Federaciones de otros deportes, o a otras ligas de fútbol de la región, y vamos a terminar decretando el fin del deporte amateur.
En la declaración de los derechos del niño y en la ley que garantiza la continuidad de las entidades en riesgo, se reconoce al deporte como un derecho social. Y ¿quien tiene que proteger los derechos sociales si no es el Estado? ¿O acaso los particulares nos vamos a tener que hacer cargo de garantizar el deporte?
__Sí. Hace rato que nuestra sociedad viene cambiando, y lo hace cada vez más aceleradamente en lo que refiere a sus aspiraciones y sus reclamos. En amplios sectores de nuestra comunidad se ha abandonado la cultura del esfuerzo y del trabajo como medios válidos para crecer socialmente y satisfacer necesidades. A través de los incrementos de subsidios sin contraprestaciones y la reprobada utilización política de los necesarios planes de contención social, se ha ido fortaleciendo una cultura prebendaria, que determina casi como una constante, que hoy por hoy todo reclamo debe hacerse al Estado.
Esta conducta tan instalada en algunas de las familias de nuestros deportistas, las llevan a la confusión de trasladar sus reclamos al ámbito del deporte y plantear todo tipo de exigencias a las entidades que contienen a sus hijos, sin entender que las mismas son completamente amateurs y carentes de presupuestos adecuados para satisfacer sus exageradas demandas.
Nosotros contenemos a chicos a partir de los 5 años, pero en nuestra actividad no hay contratos televisivos, no hay aportes empresarios, no hay sponsorización, no hay comercialización de merchandising o estática, es todo esfuerzo personal, solidario, comunitario, de una actividad que es generosa, inclusiva, que no discrimina.
En nuestros clubes a nadie se le pregunta antes de ficharlo de qué clase social es o qué status económico tiene. Todos sin distinción pueden acercarse al deporte y creo que junto con las escuelas, los clubes amateurs son los espacios de contención más importantes que tiene nuestra sociedad. Espacios de solidaridad, de afecto, de amistad, en el cual hay chicos que pasan 10 o 15 años de su vida. Y lleguen o no después al profesionalismo, crean lazos de afecto con su grupo de amigos que se mantienen para siempre. En los clubes se festejan cumpleaños, se participa de viajes y se aprende a compartir vivencias que resultan imborrables para el resto de sus vidas.
En nuestros clubes hay historias de vida y amistad realmente muy valorables que habitualmente no son muy tenidas en cuenta por el Estado, que prefiere agasajar y reconocer al deportista consagrado, de elite, y no respaldar esta etapa de la actividad amateur que le hace ahorrar tanto dinero. Porque siempre digo, por cada peso que el Estado no invierte en el deporte, gasta millones después en campañas contra la delincuencia juvenil, contra el alcoholismo, contra la drogadicción, contra el maltrato, contra el desamparo, etc... entonces hay cosas que hasta por economía deberían ocuparse.
__Todo esto es consecuencia de las faltas de políticas deportivas adecuadas, que incluyan al deporte federado amateur en su planificación. Las escasas posibilidades de acceder a subsidios que ayudarían muchísimo a las entidades de barrio, las engorrosas tramitaciones y requisitos a cumplimentar para acceder a los mismos y en muchos casos tener que competir con el mismo Estado que destina presupuestos negados a los clubes, para solventar la construcción de playones deportivos inutilizados o sostener el funcionamiento de innumerables polideportivos municipales, desconociendo que la verdadera labor deportiva comunitaria se desarrolla en las instituciones barriales privadas.
Recientemente asistimos a un intensivo y disputado proceso electoral. Yo me tomé el trabajo de escuchar a la mayoría de los debates que con muy buena intención, propusieron los distintos medios de difusión.
Debatieron candidatos a intendente, a gobernador, a diputado, a concejal, etc, y escuché que se habló de educación, de vivienda, de salud, de obras públicas, de seguridad, pero no escuché que alguno expusiera propuestas para el deporte o manifestaran saber qué tenían que hacer para el desarrollo de una actividad que incluye a todas las problemáticas expuestas, ya que el deporte es salud, educación, cultura y seguridad.
__A principios de este año nos prometieron que los costos por servicios de policía adicional iban a ser gratuitos para los clubes y a cargo de la provincia, sin embargo los servicios no se cumplían o lo hacían esporádicamente. Solicitamos una audiencia con autoridades del área de Seguridad Publica y Jefatura de Operaciones, a partir de la cual tomamos conocimiento de una problemática laboral que nos excede y no está en nuestras posibilidades solucionar, en consecuencia tuvimos que volver al sistema de contratarlos a cargo de los clubes. Ni siquiera ese alivio presupuestario pudimos tener.
Esta es una actividad pura y exclusivamente privada. Y no sólo privada por su naturaleza jurídica y opuesta a la actividad pública, sino que está privada de todo: de apoyo, de subsidios, de presencia, de planes.
__Hemos dispuesto un nuevo empadronamiento de jugadores y en este sentido quiero aportar una clarificación indispensable sobre el tema, ya que han circulado algunos trascendidos, algunas versiones, no sé si malintencionadas o mal entendidas, asegurando de que aquel jugador que no tuviese Obra Social o una cobertura de medicina Prepaga no iba a poder seguir jugando en la Rosarina.
Esto es una aberración total y quiero desmentirlo completamente. Porque de ser cierto, sería a no dudarlo una medida discriminatoria y nosotros jamás lo hemos puesto como condicionante para jugar. El hecho de incorporar nuevos datos a la ficha del jugador, es para elaborar una estadística realista que refleje la cantidad de chicos y jóvenes a los cuales, la única asistencia que reciben no se las da el estado sino que se las brinda una entidad privada.
Entonces, con esos datos en mano, aspiramos a sentarnos en el despacho de algún funcionario, de algún legislador y decirle: “mire, tenemos un 30, 40 o 50% de esta población de 17.000 jugadores que la única contención social que tienen es la nuestra, de una entidad privada amateur, ustedes ¿piensan hacer algo para colaborar con nosotros?”. Porque los padres están desocupados, subocupados, trabajando en negro, viven de changas o de cirujeo. Por eso dijimos: Hasta acá llegamos. Hagamos un relevamiento y después veremos cómo nos podemos insertar en alguna estructura. Yo no digo que el Estado tenga que subsidiar todo. No soy de los que le reclama todo al Estado. Porque hacerlo demandaría un aumento de presupuesto y quizás eso determine subas de impuestos o de cargas que las va a terminar soportando la misma sociedad.
Pero aportes para hacerle a nuestros clubes hay muchos. Se pueden hacer convenios de prestaciones medicas y revisaciones preventivas a través de efectores públicos, compartir riesgos de seguros para el deportista, destinar porcentajes de las recaudaciones de bingos y casinos para el deporte federado, reformular el servicio de adicionales de policía, etc.
__Todos deseamos que nuestros reclamos tengan las respuestas adecuadas para que la actividad siga. Quiero transmitirle a nuestra amplia comunidad deportiva, la seguridad de que esta actividad va a seguir. En todo caso se impondrán cambios, se seguirá en forma recreativa, en forma amistosa, lo cual sería una lástima porque estábamos muy bien organizados. La Rosarina ha crecido mucho con el aporte de todos. El hecho de estar federados, de tener una camiseta que los identifique, un club que los represente, una competencia en la cual uno pueda desarrollarse e ir desde niño hasta las divisiones inferiores, o la primera, incluso cualquier club de barrio puede ser el trampolín para llegar al profesionalismo.
Les pido a las familias que defiendan estos espacios de contención de nuestra sociedad, que aseguren la continuidad de los dignos clubes de barrio, que no se hagan eco del despreciable accionar de estos “caranchos” que pretenden sacar agua de una piedra, y que no se presten a firmar poderes para accionar contra el espacio que sus hijos disfrutan. Es como suicidarse en defensa propia. Como escupir contra un espejo.
Yo aspiro a que podamos disipar esta incertidumbre, que podamos cerrar el vacío legal que nos condiciona, considero que de esta situación vamos a salir adelante y fortalecidos.
Es indispensable completar el empadronamiento para poner la pelota en movimiento cuanto antes y recordemos que si un club se cierra, una cárcel se abre.
El Presidente de la Asociación Rosarina de Fútbol, Sr. Mario Giammaría, respondió en Radio Nacional todas y cada una de las preguntas que recibió.
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