Fotos y texto Miguel Martínez.

Antes de empezar a disputar el cuadrangular Sub-15 que organizó este fin de semana la Asociación Rosarina de Fútbol, la principal incógnita era saber cuál era el potencial futbolístico de los dos equipos visitantes. Tanto cordobeses como entrerrianos, eran un verdadero misterio para los técnicos y jugadores que representarían a Rosario, y por ende también a la provincia de Santa Fe. Por ende, no muchos le dieron la trascendencia que a la postre tendría el primer partido del torneo. El cruce entre los dos equipos de nuestra ciudad.

En ese choque inaugural se terminó resolviendo casi al campeón. Lo que se dice una final adelantada. O... muy adelantada. Porque el nivel que más tarde mostrarían los representativos de Entre Ríos y Córdoba no fue demasiado alto, y todo quedó a pedir de los elencos locales. O para ser más precisos, del equipo que ganó en el debut: “Rosario B”, dirigido por Martín Ferreyra, que superó 3 a 1 a “Rosario A”, conducido por Néstor Giampaoli.

El día viernes, en cancha de Morning Star, los rojos (“el B”) se pusieron en ventaja con un gol de Sebastián Pérez, el flaco número nueve que juega en Rosario Central. Antes de los 15 minutos los rojiblancos (“el A”) ya habían empatado con un cabezazo del otro centrodelantero, Sergio Reyes Tapia, que juega en Griffa, y anticipó una dubitativa salida del golero Cesetti. El primer tiempo, de 30 minutos, terminaría con ese marcador (1 a 1), más allá que “el A” tuvo una clara chance para pasar al frente, que su volante por derecha, Agustín Dorado, dilapidó por tirar una rabona.

En todo momento el cotejo fue muy parejo, y tuvo un ritmo francamente intenso. Daba la impresión de que en el equipo “A” había más técnica individual, más juego, y en el “B” mayor actitud y entrega para emparejar las acciones y progresar hacia el arco rival. El desnivel llegó a través de una pelota parada. Un corner que pareció mal ejecutado, quedó corto en el primer palo, y aprovechó Brayan Gómez, alias “gomito”, para vencer a Cano de media vuelta.

Cuando el equipo “A” salió con fervor y acelere para conseguir el empate, lo sorprendió el “B” con dos buenas contras, una de las cuales terminó siendo el 3 a 1. Ambas tuvieron a los mismos protagonistas, centro y desborde de José Córdoba, a pura velocidad y talento, y resolución de Mauricio García, uno de los pibes de Sagrado Corazón. En la primera que tuvo el número siete no pudo definir bien, pero en la segunda no falló, la paró y fusiló al golero Cano, que pertenece a Mitre de Pérez.

A segundo turno, y también en la jornada del viernes, el equipo cordobés superó 4 a 0 al representativo de Entre Ríos. La goleada no sorprendió a los presentes, pues rápidamente se notó la diferencia que había entre uno y otro, más que nada en lo físico. Pues pese a que varios chicos del equipo mesopotámico demostraron jugar bien y tener condiciones, pertenecían todos ellos a la categoría 96, es decir, eran un año menor a todo el resto de los participantes. Diferencia que a esa edad se hace notar y mucho ya que es justamente cuando muchos dan el famoso “estirón”.

Las Formaciones:

Rosario A: Ariel Cano; Albino De Lima (Leandro Moreno), Hernán Molina, Luciano Alvarez y Iván Morel; Agustín Dorado, Emanuel Caresani, Martín Mercau y Nicolás Patane; Milton Juárez (Kevin Domenech) y Sergio Reyes Tapia. DT: Néstor Giampaoli.
Rosario B: Santiago Cesetti; Jonatan Zappala, Alexis Herrera, Lucas Esquivel y Gastón Fernández Ruggieri; Iván Gamarra (Emanuel Zagert), Franco Bustos, Brayan Gómez Cano y Franco Pereyra; Mauricio García y Sebastián Pérez (José Córdoba). DT: Martín Ferreyra.
Figura: Franco Bustos, el número cinco del conjunto de casaca roja manejó mucho el balón en la mitad de la cancha, y fue clave en la distribución.