Fotos y texto Miguel Martínez.

Ezequiel Hernán Marinelli, o “el gordo”, como lo conocen cariñosamente sus compañeros, supo llegar hasta la reserva de Newell's. Fue en el año 2005. Sin embargo, en diciembre de esa temporada quedó libre del rojinegro. De ahí en más, pasó por Huracán de Chabás, Independiente de Bigand, Estrella del Sur de Acebal, y por supuesto, Unión de Álvarez, probablemente su club más querido. Hoy, cuando está pronto a cumplir 25 años, sigue jugando en la primera del rojo, y su pasión por el fútbol no decae.

Y eso que durante muchas horas se dedica a realizar otras actividades. La mayoría de ellas bastante pesadas. Ezequiel trabaja en el campo como estibador, levantando las cosechas, y además cría animales con su padre. Es más, cuando le queda tiempo hace changas de albañilería. Lo que se dice un buscavidas. Un tipo de espaldas anchas que no le teme al trabajo duro y, como decían las abuelas, “sabe poner el lomo”. Pero mejor repasemos lo que él mismo nos contó en detalle.

__Ezequiel... ¿cómo está compuesta tu familia?

__Yo soy de Acebal, y todavía vivo con mis viejos. Soy el más chico de nueve hermanos. Ocho varones y una mujer. Y todos jugamos al fútbol.

__¿Están jugando los ocho actualmente?

__No, el que juega es Héctor, que está en Atlético Acebal y tiene 28 años. Él estuvo en Tiro Federal cuando ascendieron, con Diego Osella, Hugo Guerra, y el Chaucha Bianco de técnico. Después un tiempo se fue a Atlanta y ahora volvió a la Liga del Sur.

__¿Y los Marinelli siempre estuvieron identificados con Unión de Álvarez?

__Los más grandes no, pero Sergio, Héctor, mi sobrino y yo, sí.

__¿Cuánto hace que laburás en el campo?

__En realidad yo tengo dos laburos. Con mi viejo críamos animales, y después trabajo en el Sindicato de Estibadores, a través de la empresa de Agricultores Federados. Ahí, en las plantas esas, durante el tiempo de cosecha se laburan dos o tres meses muy fuerte. Es todo hombreo de bolsas, paleo de cereales, y la verdad que con el fútbol no es muy compatible porque es muy duro lo que hacemos. Pero bueno, el que tiene amor por este deporte lo hace igual.

__Por lo que me contás, preguntar si tu trabajo es exigente es casi una obviedad.

__Sí, es muy exigente desde lo físico. Generalmente no te dan ganas de ir a entrenar. Salís muerto. Pero bueno... cuando tenés amor por el fútbol y no querés dejar en banda a tus compañeros, hacés un esfuerzo y vas igual.

__¿Tu trabajo tiene sus picos y sus baches según la época del año?

__Sí, es por épocas. Hace 15 o 20 días terminamos el tiempo de siembra. Que es todo movida de bolsas, de las semillas para sembrar. Y antes de eso, el primer semestre del año, se hace la cosecha de la soja y el maíz. Eso es lo más duro porque tenés que entrar a las siete de la mañana y hasta las diez u once de la noche no salís. Y los horarios son rigurosos... tenés que estar. Eso es más o menos de febrero a junio. Después afloja, y es donde me dedico a los animales.

__¿Y ese criadero también lo tienen en Acebal?

__Sí, a dos kilómetros del pueblo. Tenemos chanchos, vacas y ovejas. Una variedad que nos permite consumir una parte en la familia, y comercializar otro poco.

__¿Has tenido otros trabajos?

__Sí, trabajé en la Municipalidad. Además en tiempos en los que no hay cosecha hago changas de albañilería con un amigo. O sea, uno trata de ser busca-vida. De no quedarse sentado en la casa y siempre juntar un mango más para aportar. Si bien mis hermanos ya están todos casados, yo siempre trato de ayudar. Soy una persona que no puede estar sin trabajo. Estar de vago no es lo mío.

__¿Cómo te organizás con los horarios?

__Este año entrenamos de 4 y media para 5 y es más complicado para mí. A los pibes de Álvarez les viene bien, pero a los que somos del campo se nos hace difícil. Es más, si estuviéramos en tiempo de cosecha no podría. Puedo porque ahora estoy laburando solo con los animales, y lo hago a la mañana, a la tarde casi no trabajo. El año pasado de 7 y media para 8 era mejor. Al menos para mí.

__¿Cuántos días entrenan?

__De martes a viernes. Yo cuando puedo voy toda la semana, total lo tengo a 15 kilómetros. Pero la verdad que los martes se me complica. Así que estoy yendo miércoles, jueves y viernes. Si puedo viajo en auto o en moto, sino a dedo. En general me manejo en moto, por lo cara que está la nafta hoy en día.

__Yo te tenía como delantero pero el año pasado estuviste como defensor ¿sos polifuncional?

__Sí, cuando vine a probarme a Newell's vine como número nueve. Con 14 años había salido goleador de la Liga del Sur. Había hecho 18 goles, me vio un tipo allá y me trajo a Ñuls. Cuando llegué acá Adrián Taffarel me puso de tres, anduve bien, y me dejó ahí. Igual puedo jugar en varias posiciones. Gracias a Dios tengo esa característica, me puedo amoldar a varios puestos. He jugado de nueve, de cinco, de dos, de seis, y ahora esto de jugar de tres surgió el año pasado porque Hernán Carlisi tenía necesidad en la defensa. Yo la venía metiendo jugando como nueve, pero él me preguntó en el hexagonal final si me animaba a jugar ahí y le dije que sí. Yo por el equipo haría cualquier cosa. Él ya sabía que yo en Newell's había jugado en ese puesto. Además, por mi condición física actual, que estoy un poco excedido de peso, es ideal. Porque en otros puestos por ahí me costaría más. De tres, con la cancha de frente, y haciendo pesar la experiencia, me manejo mejor.

__¿Qué significa el fútbol para vos?

__El fútbol es mi vida. Sin el fútbol no podría vivir. Este año pensé dos veces en dejar. Tuve una mala experiencia en “Estrella del Sur”, un club humilde de mi pueblo, Acebal, en el que estuve a préstamo a principios de año. El club queda a una cuadra de mi casa, y sin embargo no me hallaba. No tenía ganas de ir a practicar. Encima nos fue mal, quedamos afuera, y para no perder el año volví a Unión, un club prestigioso en el cual se trabaja muy bien. Me llamó Facundo Pallero, que está en la dirigencia, y me dijo que hacía falta un poco de experiencia para acompañar a los pibes. Así que acá estoy. De suplente, pero ya entré en el segundo tiempo contra Newell's y la gente me demostró lo que me quiere.

__Te iba a preguntar ¿por qué seguís jugando? Pero creo que esa última frase lo responde en parte.

__Sí, mi novia es de Álvarez y siempre lo hablo con ella. En esa ciudad hay pibitos de ocho o nueve años que me tienen como ídolo, eso para mí es un orgullo muy grande. Que gente grande, y chicos muy chicos, te demuestren tanto cariño, te da muchas fuerzas para seguir.

__¿Cuáles son tus objetivos este año en el fútbol?

__Si bien soy nuevo en el grupo, y conozco poco a los pibes que hay, sé que todos están con ganas de ganar el campeonato. Y bueno, si no se puede al menos escalar lo más alto posible. Hasta ahora los pibes hicieron un campañón, meterse en la Zona Campeonato, siendo recién ascendidos, y pese a que muchos juegan en inferiores el sábado, la verdad que es muy meritorio.

__¿Qué otras cosas te gustan además del fútbol?

__Ir a pescar con mis amigos. En realidad tanto no me gusta, voy porque me encanta hacer el asado. Y después también ir a cazar. Cuando tengo un tiempo libre agarro la escapeta y me voy a tirar tiros por los campos cercanos. Eso sí me gusta mucho.

__¿Trabajan otros compañeros tuyos de Unión?

__Sí, la mayoría. El cinco por ejemplo, Fernando Bilbao, labura en un camión repartidor de embutidos. Después el capitán, Emiliano Bonomelli, vende materiales de construcción con el padre. Pero sí, allá no es como acá, donde la mayoría de los clubes apuntan a sacar jugadores para el profesionalismo. Yo lo viví en Newell's. Uno pensaba solo en practicar. Vivía para el fútbol. En Alvarez en cambio si no tenés otro ingreso para respaldarte se complica.

__¿Cómo ves los torneos de Rosarina?

__Siempre los vi muy bien. Me gustan mucho. Se vive una linda presión. Hay equipos jodidos, canchas bravas, y por ahí tenés lugares donde no ganás así nomás. Pero el buen jugador se ve ahí, en esos partidosa. A mí particularmente me encantan. Donde si hay que meter se mete. Y si vas flojo a una pelota te vas a terminar lesionando vos. Es así. Nosotros el año pasado por ejemplo ganamos partidos durísimos contra Arijón y Río Negro como visitantes, y si no los ganábamos probablemente hubiese cambiado todo y no estaríamos donde estamos hoy.

__¿Cuál fue tu mejor gol, tu mejor partido, y tu mejor torneo en Rosarina?

__El mejor gol lo hice el año pasado en el Ivancich contra Villa Gobernador Gálvez. Fue así: yo estaba en el banco, ganábamos 1 a 0, y había un juez de línea que era medio gordito. Entonces le dije “si llego a entrar yo sabés como la mando a guardar” y él me dijo “que vas a entrar vos”. “¿Querés jugar una parrillada?” le pregunté, y me contestó “dale”. Así que cuando entré le dediqué los goles. Metí dos. El primero lo hice en la primera pelota que toqué. Después ellos hicieron el descuento, y cuando estábamos por sacar de la mitad de la cancha, mientras ellos seguían distraídos festejando, le dije a Barrionuevo “tocámela que el arquero está adelantado”, le pegué y fue gol. Ese fue el mejor de mi carrera. Igual de la mitad de la cancha ya había hecho otro en cancha de Arijón.

__¿Y la parrillada te la pagó?

__No, me la debe. No lo vi más. Igual unos compañeros lo cruzaron y se acordó de mí. Jé.

__¿Y en cuanto al mejor partido y al mejor torneo?

__El mejor partido fue contra Río Negro, en cancha de ellos, cuando ganamos 2 a 1. Era decisivo ese partido. Veníamos de perder y si volvíamos a caer nos podíamos derrumbar en lo anímico. Después de ese triunfo salimos con la moral muy alta y no nos bajó más nadie. Y torneo sin lugar a dudas el del año pasado. No me lo olvido más. Salir campeón con el club que uno ama es hermoso. Además, el grupo humano era muy unido, nos juntábamos todos los viernes a comer, siempre con una guitarra de por medio, jodíamos, y cada uno sabía que el domingo tenía que dejar la vida por el equipo.