Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Y es cierto. Porque tanto en estas fotos, como en las que publicamos ayer, se refleja mucho más de lo que podemos agregar aquí en forma de texto. La paz no se impone con discursos, se practica a partir de las actitudes y las decisiones que tomamos día a día. Por eso, ejemplos como el de estos chicos son siempre bienvenidos para bajar el nivel de locura que tienen algunos pocos.

Esperemos que de aquí en adelante los clásicos sean la fiesta que deben ser y nada más. Con todo el color que le dan los hinchas, las banderas y hasta la pirotecnia, pero sin disturbios de ninguna índole. Hoy en Rosario Fútbol les regalamos otro par de lindas imágenes. Son las que nos envió Martín Herranz, papá de dos chicos que juegan en Morning, uno de los cuales (el mayor) viajó a Estados Unidos representando a Rosarina.

En este caso el que sonríe, orgulloso con su casaca de Central, es Nicolás Herranz, jugador de la categoría 2000 del verde. Abrazado a él, y trepado en la otra foto, está Julián Ayala, compañero de Nico en el equipo de la estrella y fanático hincha de Newell’s. Seguramente el domingo los distanciará la simpatía futbolera que cada uno tiene, y el lunes probablemente uno de los dos cargue al otro, pero sin dudas el martes seguirán adelante con la linda amistad que tienen, y que va más allá de cualquier color.

En la tercera y última foto, se puede ver a Damián y Guido, otros dos chicos de la Rosarina que nos hicieron llegar su imagen. Tanto unos como otros, seguramente vivirán el domingo de un modo similar, aunque distanciados por las simpatías futboleras. El lunes probablemente uno de ellos se pueda dar el gusto de cargar al otro, pero sin dudas el martes seguirán adelante con la linda amistad que tienen, y que va más allá de cualquier color.

Que así sea…