Fotos y texto Miguel Martínez.

Dicen que las finales no se explican, se ganan. Y si no pregúntenle a los jugadores y al cuerpo técnico de la local de Central Córdoba, que festejaron como locos este Torneo Ivancich ganado con lo justo. Sin que les sobre nada. Y que es una verdadera bocanada de oxígeno en un momento institucional complicado para la entidad de Tablada. De hecho, ni siquiera el DT de la final fue el que venía dirigiendo, ya que por cuestiones que desconocemos Antonio Muracca fue reemplazado por Juan José Oficialdegui.

También suele afirmarse que las finales son trabadas y no hay en ellas tantas llegadas. Esto también se cumplió el viernes en el Gabino, ya que el choque entre el charrúa y Pablo VI (que ganó el local por la mínima diferencia), fue definitivamente chato. No hubo casi jugadas de riesgo, mucho menos lujos o chiches, y todo parecía encaminado a la definición por penales.

Sin embargo, la historia se modificó al minuto 87 de juego, cuando el ex Juan XXIII Edgardo Díaz, delantero carismático si los hay, le ganó en velocidad a Manzanelli, y definió al primer palo de Nicolás Cedro cuando quedó mano a mano con éste. Festejadísimo gol, que valía oro en un duelo tan cerrado como el que se estaba disputando, y que efectivamente valdría un campeonato.

De todos modos, lejos estuvo Central Córdoba de jugar bien. De hecho tuvo solo dos llegadas concretas en todo el partido. La del gol, y otra en la cual el protagonista también fue Díaz. Pablo VI tomó el primer tiempo como un round de estudio. Fue algo así como un boxeador agazapado que prefiere no sacar sus manos. Dejó a Cardozo solo arriba, y guardó todo su arsenal para el segundo tiempo, donde sí fue protagonista, y mereció mejor suerte.

En ese período dominó, y se mostró más preocupado por evitar los penales que su rival. Contó con dos claras, un disparo en el travesaño y una salvada agónica sobre la raya. Pero el fútbol es así, no entiende de lógicas. No sabe de generosidades o mezquindades. No hay planteos ni tácticas que garanticen una victoria. Esta vez le tocó a Central Córdoba y punto. Si se intenta refrendar su victoria, se llegará a la conclusión de que fue un irreprochable campeón. Porque aunque no haya sido un equipo vistoso, superó uno a uno los escollos que se le presentaron.

Siempre con juego austero, eliminó a Provincial, Morning, Mitre y Pablo VI. Más allá de rotar jugadores, que pasaron de la local a la primera de AFA, de alternar a sus dos arqueros, que jugaron un partido cada uno, y de reemplazar a su entrenador antes de la final, la base estuvo. Y esos pibes que se fundieron en un abrazo en el círculo central del Gabino, entendieron que para levantar a un grande caído, como Central Córdoba, hay que empezar por ponerse el overol. Y eso hicieron. Transpiraron la camiseta, pelearon cada pelota a muerte, y tuvieron esa pizca de suerte, que todo campeón debe tener.

Síntesis minuto a minuto:
Primer Tiempo:

11’ Pelotazo a cualquier parte de Ghilotti (CC), casi de mitad de cancha, que cayó llovido sobre el arco de Cedro (PVI) y terminó complicándolo.

22’ Lindo enganche del capitán visitante, Manzanelli (PVI), que proyectado en ataque buscó el arco con un remate a distancia. Cerca.

40’ No pasa nada, no hay llegadas. Córdoba parece buscar un poco más pero se diluye en tres cuartos de cancha.

45’ Marcos Cardozo (PVI) quedó un poco aislado en el ataque canario. Se lo vio demasiado solo peleando contra toda la defensa azul.

Segundo Tiempo:

13’ Remate de Cardozo sin convicción. Débil y muy desviado.

16’ Primera jugada clara del partido. Pase en cortada de Rodrigo Araujo (CC) para Edgardo Díaz (CC), dos hombres de refresco. El 16 pateó de primera pero tapó Cedro.

21’ Jugada por izquierda, pase de Cardozo a Pissano (PVI), que remata rasante. Bien Poropat (CC) conteniendo en un tiempo.

23’ Milton Marco (CC) le robó un balón a Cardozo y se fue al ataque. Su remate se fue muy alto.

28’ La más clara para Pablo VI. Tiro libre que toma Juan Aira (PVI) y que estrella contra el travesaño. Una vez más, el volante central del conjunto papal demostró su buena pegada.

29’ El árbitro Gustavo Lechner le perdona la vida a Aira, que frenó con falta de atrás a Marco una vez que éste ya lo había superado en velocidad. El 8 tenía amarilla.

38’ Tras un corner pasado, el balón le quedó servidito a Nelson Pérez (PVI). Luego de pararla remató, pero rebotó en Murúa (CC) que fue al piso.

41’ Otra vez el público de Pablo VI tuvo el grito de gol en la punta de la lengua. Cardozo desbordó a Ciocan (CC), metió el centro paralelo a la línea de sentencia, y cuando Pissano se aprestaba a empujarla la rechazó Araujo con una extraña pirueta. Fue parecida a la del vasco Olarticoechea contra Inglaterra, en el Mundial México 86.

42’ Gol. Luego de tamaña salvada se vino la contra charrúa. Edgardo Díaz se la punteó a Manzanelli por un lado y la fue a buscar por el otro. Lo superó claramente, y a la hora de definir no se puso nervioso. Toquecito y a gritarlo.

48’ Expulsado Marcos Cardozo (PVI) por una fuerte falta. Fue roja directa.

50’ Final de un partido jugado con el cuchillo entre los dientes.

Las Formaciones:

Central Córdoba: Leonel Poropat; Milton Marco, Gabriel Murúa, Santiago Barbuscia y Alan Ciocan; José Ghilotti (R. Araujo), Matías Cascio (N. Córdoba), Roque Pineda y Leandro Soffietti; Mariano Calvo (E. Díaz) y Guido Zelante. DT: Juan José Oficialdegui.

Pablo VI: Nicolás Cedro; Jorge Irala (J. Navarro), Luis Manzanelli, Amado Nazrala y Maximiliano Dotti; Jorge Cáceres (N. Waron), Juan Aira (G. Pérez), Lucas Jové y Damián Pissano; Nelson Pérez; y Marcos Cardozo. DT: Antonio Previtti.

Arbitro: Gustavo Lechner. Asistentes: Maximiliano Juri y Matías Barea.

Figuras: Edgardo Díaz, pese a entrar en el segundo tiempo fue el delantero más peligroso de la cancha. Y Milton Marco, porque se proyectó con mucha constancia y criterio, ganó más de lo que perdió, y nunca entró en el juego de las palabras.