Llegamos hasta el Polideportivo de Argentino de Rosario ilusionados con ver un lindo partido. Se medían la primera local del salaíto y su par de Central Córdoba. El de barrio Sarmiento ya juega su séptima temporada en el ascenso de Rosarina. Su paso por la Copa Pinasco, que en un principio creíamos sería fugaz, se convirtió en un pringoso laberinto del que no puede salir. El charrúa bajó en el 2013 y tampoco está transitando el Torneo Unificado con holguras. Si bien pelea arriba, ya ha quedado fuera de los puestos de ascenso.

En el arranque, el partido nos mostró su peor cara. Durante los 45 iniciales se vio una sucesión de golpes y torpezas, propias de jugadores muy limitados y preocupados sólo por chocar, entorpecer el avance del rival, e imponerse en el duelo físico. Quedaba claro que la mayoría de estos chicos, que probablemente nunca hayan jugado un “clásico” (por ocupar distintos torneos en los últimos años), estaban esperando este partido con un deseo especial. Y así, entre la ansiedad y la carga de nerviosismo transmitida desde afuera, todo se hacía grotesco y burdo.

El partido, entonces, entregó sólo tarjetas amarillas. El mal estado del campo tampoco ayudó a que los hábiles (contados con los dedos de una mano) pudieran superar a los atolondrados defensores. La primera mitad se fue sin expulsados (de milagro), y suponíamos que en el segundo nos esperaba una mejora, ya que peor no se podía jugar. Sin embargo, se esmeraron y a los pelotazos sin dueño le sumaron una apatía grande, un conformismo prematuro, malas resoluciones de las jugadas, carencias, lentitud. En fin, los 48 minutos finales se hicieran poco menos que eternos. Un plomo de cambios y griterío sin sentido.

Sería en vano hablar de merecimientos. El 0 a 0 le sienta a la perfección a todos los que pisaron el campo. Jugando así es muy probable que ambos se queden en esta divisional. El equipo de Daniel Paolini (que al menos siempre intentó tranquilizar desde sus arengas), deberá mantener su actitud batalladora pero sumarle más fútbol a su garra. Benavídez no parece el de antes, pero con él como conductor, más los aportes de Parisi, Correa y Díaz, puede escaparle a la mitad de tabla. Los dirigidos por Mario Ovando primero deberán charlar puertas adentro, y resolver sus internas que ayer salieron a la luz cuando un par de jugadores (justamente los hábiles Sosa y Romero) tuvieron un cruce de palabras con el entrenador. Es más, el ex técnico de General Paz sacó al “palomo” Romero, que estaba siendo el mejor de la cancha, y le resolvió el problema defensivo al albo.

Síntesis minuto a minuto:

6' Robó una pelota en ataque Eduardo Sosa (CC), tocó para Romero (CC), remató y pasó cerca.
21' Remate de Alan Correa (A) desde afuera del área que pasó cerca del ángulo.
28' Buena del “palomo” Romero, que usó a sus compañeros como señuelo, porque amagó a tocar y siguió él. Remató, y atajó Laflor (A) en dos tiempos.
39' Tiro de esquina para Argentino, cabeceó Julián Díaz (A) en el primer palo. Afuera.
43' Golpe de Lisandro Ríos (A) a Facundo Gómez Hidalgo (CC) sin pelota que no fue divisado por la terna. Cierre acorde para un primer tiempo que fue a pura murra y maña.
68' Tiro libre de Nazareno Arévalo (A) se desvió en la barrera y casi complica al arquero Giroldi (CC). Corner.
80' Remate de Sosa, que parecía iba a meter el centro, y se terminó cerrando sobre el arco. Llegó el arquero Martín Laflor con lo justo a despejar con los puños.
86' Desborde por izquierda, centro atrás, y en el rebote Julián Díaz le pegó, tapando Laflor, y tirándola al corner.

Las formaciones:

Argentino: Martín Laflor; Diego González, Facundo Flores, Nazareno Arévalo y Lisandro Ríos; Ramiro Parisi (F. Castello), Leandro Lo Cascio (M. Trovato), Nestor Ríos y Mauricio Benavídez; Alan Correa y Julián Díaz. DT: Daniel Paolini.
Central Córdoba: Matías Giroldi; Tomás Trusendi, Gabriel Murúa, Alexis Roch y Jorge Zaen; Mauricio Rolón, Fermín Pérez Molina (M. Verón), Emiliano Díaz y Eduardo Sosa; Leandro Romero (S. Moyano) y Facundo Gómez Hidalgo. DT: Mario Ovando.
Árbitro: Matías Bianchi. Asistentes: Maximiliano Macheroni y Pablo Ricci.
Figura: Mauricio Benavídez. Es difícil elegir figura en tanto desorden y pierna fuerte. Dentro de todo, el ex NOB quiso llevar a su equipo para adelante.