La excursión comenzó este lunes a la madrugada. A la una más precisamente, partió el colectivo desde San Lorenzo al 800, sede de la Asociación Rosarina de Fútbol. Lo cómodo del colectivo abordado les permitió a los 19 jugadores, a los 3 miembros del cuerpo técnico, y al resto del pasaje, dormir plácidamente. Realizamos una parada en Río Cuarto, seis y media de la mañana, y otra en Villa Mercedes, ya para desayunar.

En el camino, atravesamos muchos kilómetros de tierras áridas. A través de la ventanilla, observamos parajes casi desérticos. Adornados con algunas viviendas aisladas, desperdigadas entre las matas y la sequía. Pocos pueblos y numerosas hectáreas de campo perdidas para la agricultura. Zonas de rispidez en el forraje, y de intensos remolinos de tierra.

A medida que nos acercábamos a San Juan el verde se fue imponiendo al ambarino y hostil paisaje anterior. Árboles florecidos, algunas sierras precordilleranas, y por supuesto, comenzaron a asomar los viñedos. Síntomas de un clima más benévolo. No obstante, no cruzamos otras ciudades importantes. Como si además de San Juan capital, no hubiese en esta provincia otras localidades reconocidas, cosa que sí sucede en Mendoza por ejemplo (está San Rafael, Guaymallén, Las Heras, Luján de Cuyo, Maipú, Tunuyán, etc).

San Juan nos recibió con casi 30 grados, y el calor se hizo sentir cuando luego de 13 horas de viaje nos bajamos de la unidad de Flecha Bus que nos trasladó. Claro, tanto aire acondicionado se extrañó apenas pisado suelo cuyano. La metrópolis donde se llevará a cabo el Torneo es una mezcla de pueblo grande y ciudad chica. Por lo que se ve predomina la tranquilidad. O quizás influya que llegamos a las dos de la tarde, en plena hora de la siesta, momento en que todas las calles parecían anestesiadas.

Nos pareció una ciudad coqueta y bien arreglada, sobre todo en su sector céntrico. Felizmente arbolada. Pródiga de plátanos y moras en sus veredas. Mucha obra floreciente y/o recién terminada (un gigantesco Museo de la Memoria y un inmenso Teatro del Bicentenario). Pequeños indicios de una gestión política oficialista. Lo cierto es que luego del almuerzo del plantel, y de instalarnos en el hotel "Cóndor Andino", gente de la organización nos vino a dar la gentil bienvenida.

Giménez, Tesorero de la Liga de San Juan, y el propio Alfredo Derito, Presidente de la LSF (Liga Sanjuanina) y máximo responsable del Consejo Federal del Fútbol, nos brindaron todo su apoyo en lo que necesitemos. Maximiliano Macheroni, árbitro de la ARF que participará de la competencia dirigiendo encuentros de la otra zona, se alojó en otro hotel, el cual cobijará a todos los referís llegados con las delegaciones, y que serán atendidos por Gustavo Bassi, ex árbitro, y actual designador de AFA.

El Torneo todavía no comenzó en lo estrictamente deportivo, pero ya se palpita en las calles repletas de chicos con chombas o indumentaria con el distintivo de alguna Liga. Con nosotros, por ejemplo, almorzó la delegación de Bahía Blanca, próximo rival de Rosario. Ese leve cruce de miradas, esa linda sensación de competitividad, es lo que hace apasionante a este deporte. A partir de mañana se acabarán las palabras y todo se remitirá a la pelota. Si pega en el palo puede entrar o salir, pero esa ya son otras cuestiones. Lo importante es que por ahora, y para felicidad de los padres que nos leen desde Rosario, todo marcha sobre ruedas.