No es para nada original hablar de la relevancia que tiene la madre en la vida de las personas. La mamá, con todo su amor incondicional y sus enseñanzas permanentes, es fundamental en la formación de los hijos, de las familias, y por ende, de la sociedad toda. Esa mujer, que con el avance de los tiempos ha adquirido otros roles, y se ha convertido casi en una “súper-mamá”, es todavía más impresionante. Pues en muchos casos trabaja, estudia, y conserva el hogar en perfecta armonía, pese a estar mucho tiempo en la calle.

La “mamá” de la Asociación Rosarina de Fútbol es una mamá “de fierro”. Porque en muchísimas ocasiones ha debido lavar camisetas, ha colaborado con el buffet, ha oficiado de taxista trasladando a los suyos hasta una cancha lejana, ha encabezado un grito de gol, o consolado a los que salían cabizbajos tras una derrota impensada. El papá será, quizás, el más futbolero. La mamá será, quizás, menos entendida en cuestiones reglamentarias. Pero lo que es seguro es que las madres harán todo lo posible para que sus hijos puedan seguir practicando ese deporte que los hace feliz.

En un domingo tan especial como el que se avecina, la Asociación Rosarina de Fútbol no programó partidos. Y no fue una decisión casual. Fue tomada para que en cada familia se pueda rendir un merecido homenaje a esa mujer, tan valiosa por infinidad de motivos. Desde aquí abogamos para que continúen, todas y cada una de esas madres, brindando a nuestros pequeños y jóvenes futbolistas, todo su apoyo y contención. ¡Les deseamos un muy feliz día! Y esperamos que, sean canallas o leprosas, lo terminen de la mejor manera.