Luego de un semestre que sus hinchas no olvidarán fácilmente, el Club Atlético Newell's Old Boys se coronó campeón del Torneo Final de Primera División. El equipo que conduce técnicamente Gerardo Daniel Martino fue sin dudas el más regular del campeonato, y desde hace varios meses se ganó el reconocimiento de la mayoría de los analistas del país, que lo han calificado como “el mejor equipo del fútbol argentino”. Esta vez los merecimientos y los resultados fueron de la mano, y la enorme campaña realizada, se transformó en una nueva página gloriosa para el club.

Ese reconocimiento que se le dio al rojinegro, se lo ganó el equipo del “Tata” por mantener en todas las canchas un mismo libreto: el de buscar el arco contrario y cuidar siempre la pelota. Ese juego atildado, algo que históricamente ha identificado a la institución, se trató de hacer hasta en los momentos de mayor tensión. Y eso que no tuvo un plantel tan amplio. Juveniles como Milton Casco (que debió reemplazar a Vangioni que se fue), Santiago Vergini, Nahuel Guzmán o Hernán Villalba, fueron sin dudas fundamentales para poder darle un final feliz a esta película.

Y por esas cosas del fútbol argentino, a “la lepra” le tocó ser campeón sin jugar, y no sólo eso, estando sus jugadores y cuerpo técnico en la ciudad de Resistencia, Chaco, para afrontar el partido ante Talleres por los Octavos de Final de la Copa Argentina. A horas de enterarse que Lanús había perdido con Estudiantes, no era difícil suponer que el grado de concentración del plantel –que está integrado por personas y no por robots– no sería el ideal. Evidentemente el título habrá estado muy fresco en la cabeza de los jugadores y habrán deseado más compartir los festejos en Rosario, que salir a la cancha para enfrentar a los cordobeses, que finalmente ganaron 1 a 0.

Martino, no hay que olvidarse, llegó al club para sacarlo de una situación comprometida con el descenso. El conjunto del Parque arrancaba la temporada cerca de San Lorenzo e Independiente, muy abajo en esa tabla. Sin embargo, con su impronta le cambió la cara al rendimiento colectivo, y también el chip a la gente, que de inmediato se ilusionó con cosas importantes, entre ellas la Copa Libertadores, torneo internacional al que también pudo clasificar, y el cual aún sigue disputando, ya que tiene por delante las semifinales ante el Atlético Mineiro, el 3 y 10 de julio.

Con algunos pesos pesados que volvieron entusiasmados por el proyecto (como Gabriel Heinze, Maximiliano Rodríguez, Ignacio Scocco, y un poco antes, en 2009, también había retornado de Europa Lucas Bernardi), Ñuls armó un equipo con la mezcla justa de experiencia y juventud. Y sus hinchas, como hace algunos días lo hicieron los de Central, también pudieron gritar campeón. E hicieron sonar sus bocinas, y flamear sus banderas rojinegras, en el Monumento a la Bandera, en zona sur, en Avenida Pellegrini, en el Parque Independencia, en síntesis... en toda la ciudad.

La Lepra se coronó por sexta vez en torneos de AFA, y por quinta década consecutiva. A los torneos de 1974, 1988, 1991, 1992 y 2004, se le suma este merecido trofeo. Por tamaña conquista, www.rosariofutbol.com y la Asociación Rosarina de Fútbol quieren felicitar al pueblo rojinegro, y sobre todo a su dirigencia, cuerpo técnico y plantel, tras realizar tan intachable campaña. Un merecido campeón que quedará en la memoria por más que pasen los años. Ahora sólo queda la Superfinal ante Vélez Sársfield, campeón del Torneo Inicial, y los cuatro partidos que separan a los del Tata de la Copa Libertadores, esa vieja espina que tienen los hinchas, y que tanto ansían conquistar.