Hace casi una década, el Club Atlético Coronel Aguirre se fijó un par de metas ambiciosas. Por un lado construir una nueva cancha, acorde al poder de convocatoria que tiene el rojiverde, y que a la vez le permita jugar los partidos organizados por el Consejo Federal en Villa Gobernador Gálvez, o para ser más precisos en su histórico emplazamiento de Buenos Aires y Soldado Aguirre. La otra meta era convertirse en protagonista regular de esos torneos regionales, hoy llamados Argentinos A y B, y TDI, a fin de conseguir los ascensos que fueran necesarios, para posicionar a la institución en la consideración del fútbol nacional.

Los objetivos, claro está, no eran fáciles. O no son fáciles, para ser más correctos en cuanto al tiempo verbal. Pero los pasos fueron dados unos tras otros, y hoy por hoy se está muy cerca de conseguir el primero de los ascensos soñados, y tantas veces esquivo: el gran salto al Argentino B. Las posibilidades se acentuaron cuando el Consejo Federal de AFA decidió agrandar el cupo de equipos en este último campeonato, llevando su número a 100 participantes, y dividiéndolo en Regiones geográficas. Esta situación organizativa favoreció el acceso, y por eso Aguirre, luego de superar la primera zona y dos eliminatorias directas, ya se ve en una final.

Decir esto, naturalmente, no es restarle méritos en absoluto a este plantel y cuerpo técnico, que han logrado llegar hasta aquí en forma invicta. Tras 10 partidos disputados, ganaron 6 y empataron 4. Mostraron un sólido funcionamiento en todas sus presentaciones. Poseen, probablemente, uno de los mejores arqueros del torneo, José Galetti, el cual año tras año demuestra su altísimo nivel convirtiéndose en figura en varios encuentros (el sábado ante Colón también tuvo una gran actuación). Recibió sólo 6 goles en su propia valla, y en realidad apenas 5 se los hicieron a él pues ante Adeo, la última fecha de la etapa de grupos, no jugó.

Pero esa baja tasa de goles en contra también es responsabilidad de la buena defensa. Granados, un pibe del club, se afianzó por derecha. Junco, el capitán, es inamovible como primer zaguero central. El seis supo ser “el patón” Gutiérrez, y ahora viene siendo Daniel Pacheco, un volante central que también puede jugar abajo, y ahí parece que le gustó más al DT Alberto Valiente. Por izquierda otro puntal ha sido Gabriel Casas, experiencia y proyección para esa línea de cuatro.

De mitad de cancha para arriba es, quizás, donde más variantes ha buscado el entrenador. A veces por sanciones o lesiones, otras tratando de optimizar el funcionamiento, ha realizado unos cuantos cambios. Por derecha Damián Fernández fue el que más jugó. El ex Rosario Central tiene una forma de juego muy “al estilo Aguirre”, mezclando potrero, con entrega e ida y vuelta. Los dos volantes centrales también parecen intocables: Matías Gómez y Nahuel Nicoletti. Se han complementado bárbaro, y “el pipi” habitualmente queda más suelto para apoyar los ataques, aprovechando su buen toque para asistencias precisas.

Por izquierda es donde la cosa no estaba tan clara, aunque “el Beto” parece haberse quedado con Gastón Romero (autor del gol en el empate del último sábado, y también metió uno en la ida). Por ahí supo jugar Iván Báez, también “el Purry” Juan Miguel Báez, o incluso Xavier Molina. Ha dependido de que juegue con uno o dos puntas, y con enganche o sin él. En alguna ocasión Mauricio Videla, otro de los que es “número puesto” en la formación titular, ha jugado más adelantado, casi como media punta, y en otras más recostado a ese lado izquierdo. Armando un lindo tandem con las trepadas del Gabi Casas.

Arriba el delantero que a fuerza de velocidad, asistencias y goles se ganó el puesto fue Facundo Camafreita. El ex Defensores Unidos arrancó aparentemente tercero en la consideración del DT, pero las lesiones de “los toros”, Ezequiel Escobar y Oscar Jara, le permitieron ganar minutos en cancha y no los desaprovechó. Enamoró a los hinchas con su gambeta endiablada, con su figura esmirriada, y con su sacrificio a la hora de correr a los defensores rivales. En la última serie, ante Colón de San Justo, fue absolutamente clave.

En definitiva, Coronel Aguirre está más cerca que nunca de conseguir la hazaña. Subir al Torneo Argentino B ya no parece tan utópico como en alguna época fue. Si lo consigue tendrá la posibilidad de enfrentar a varios rivales de fuste en la región, como Ben-Hur de Rafaela (llegó a estar en la B Nacional), Sportivo de Las Parejas, Unión de Sunchales, Atlético San Jorge o La Emilia de San Nicolás. Veremos cómo resulta su cruce con Viale Foot Ball Club (ver aparte el análisis de este rival). El primer duelo será en el Estadio Gabino Sosa, seguramente el domingo y con un gran marco de gente; y la revancha en la provincia de Entre Ríos.