A una fecha del final, el local debía quedarse con los tres puntos para sellar su suerte y ser el segundo campeón de la Asociación Rosarina de Fútbol. En los 90 minutos dominó el trámite y se quedó con un justo triunfo. El Canario tuvo sus momentos pero no fue el de otras fechas.

En el arranque era todo para el local, con Ariel Witte como conductor se hacía fuerte y generaba peligro en el arco rival, de hecho, el propio número 11 ejecutó un córner a los 10 minutos que peinó Walter Rivero en el primer palo e hizo que la pelota infle la red y abra el marcador. Pero pronto llegaría la réplica.

Tres minutos más tarde entró al área David Rolón y lo tumbó Santiago Barrios, el árbitro sin dudar pitó penal. Se hizo cargo de la pelota Leandro Ahumada y con un tiro potente al palo derecho del arquero alcanzó el empate.

Seguía siendo más el local pero no podía volver a ponerse en ventaja, la visita especulaba con pelotazos para su 9, Rolón, que como podía se las arreglaba aunque exigiendo poco a Ivan Piccioni. Del otro lado, Nicolás Cedro bailaba con la más fea y tenía mucha actividad, lo buscaban Gelatini, Whitte y Godoy, de hecho, el palo lo salvó en una ocasión.

Así llegó el descanso, con un marcador injusto que motivaba a Pablo VI a conseguir la ventaja para cuidarse un poco más. De hecho, arrancó mucho mejor la visita que en los primeros minutos parecía otro equipo. Tuvo 15 minutos con dominio de pelota y un Rolón imparable, pero el sueño duró poco. Volvió a ganar el balón el local que creció combinando la precisión de Dante Bay con la velocidad de Whitte.

A 15 del final llegó un centro por derecha que Gelatini capturó en el borde del área y con una rabona habilitó a Cristian Godoy que cruzó un fuerte disparo al palo izquierdo de Cedro que parecía sentenciar la suerte. Cuando Pablo VI empezaba a caerse llegaba el cachetazo.

La suerte comenzaba a tomar rumbo, de hecho, Gelatini desbordó por izquierda y tiró el buscapie, Rodrigo Javier la dejó pasar y Ariel Whitte tomó la pelota, enganchó sacándose a un marcador y cruzó un disparo certero. Quizá el tiro de gracia que sellaba la suerte, 3 a 1 y poco por delante.

Pablo VI era puro entusiasmo y poco juego, en la desesperación por el triunfo se equivocó en la salida Diego Scarano, Fernán Gelatini le quitó la pelota y ante la salida de Cedro definió con mucho nivel por arriba. Todo dicho y final del encuentro.

ADIUR se quedó con los tres puntos y el título de la Copa Santiago Pinasco con justicia en esta ocasión, el equipo del Viaducto lideró, prácticamente, de punta a punta el certamen. Pablo VI a fuerza de sacrificio no dio la vuelta, pero tampoco se fue con las manos vacías ya que el ascenso está definido y ambos estarán en la máxima categoría de la Asociación Rosarina de Fútbol el próximo año.