Coronel Aguirre dio un paso más hacia ese inmenso sueño que persigue su gente: el ascenso al Argentino B. Pese a caer por la mínima diferencia en Colón, provincia de Buenos Aires, pudo dejar en el camino al Racing Club de esa ciudad.

El rojiverde no quiere que lo despierten. Prefiere seguir soñando con ese, cada vez menos utópico, ascenso. El Torneo del Interior, certamen largo y difícil si los hay, ya no lo atemoriza, y su gente continúa de festejo. Al disfrute que significó para el público de Aguirre haber eliminado al Athletic de Arroyo Seco, ayer se le sumó una nueva alegría.

Luego de caer 1 a 0 ante el elenco aurinegro (el gol lo hizo a los 8 minutos del primer tiempo Javier García) pudieron imponerse 6 a 5 en la definición desde los doce pasos. Por segunda vez en el torneo (al ASAC le habían ganado 5 a 3) triunfaron por esa vía. Los responsables de convertir fueron Damián Ratto, Matías Muga, Gustavo Suárez, Marcos Cóceres, Esteban May y Fabricio Aguilar.

De esta manera, el Coronel ha quemado una nueva etapa, la segunda de eliminación directa. Para la tercera lo espera General Rojo, equipo de la Liga Nicoleña de Fútbol que eliminó a Deportivo Ascensión, también por penales. Para asegurarse una promoción, el representante de la Asociación Rosarina de Fútbol debería ganar tres cruces más. Es decir, superar a Rojo y luego a otros dos rivales.

Veamos cómo ha quedado la llave número dos:

At. Uruguay (Concep. del Uruguay) vs. Huracán de Corrientes.
Santa Fe F.C.                                       vs. Atlético de Paraná.
Unión de Arroyo Seco                       vs. Atlético Pilar.
General Rojo                                      vs. Coronel Aguirre.

Los cuatro equipos escritos en primer término serán locales en el partido de ida, lo cual indica que los dirigidos por Fernando Fachetti definirán la serie en el Gabino Sosa. De pasar esta tercera ronda tendrán un cuarto choque con el ganador de Unión de Arroyo y Pilar (el equipo que eliminó a Pablo VI), y si la supera, un quinto enfrentamiento con el que sobreviva a los dos duelos que se leen arriba.

De pasar las cinco series, Aguirre se habrá asegurado jugar una promoción con un equipo del Argentino B. Aunque si pasa un sexto e hipotético cruce, ascendería en forma directa. Aclaremos que hay tres ascensos y tres promociones. Por el momento se ha visto que no hay “cucos” en este campeonato ni equipos insuperables. Los jugadores de Aguirre han demostrado que pueden ganar en cualquier cancha, y también una virtud (que aunque parezca una nimiedad, no lo es): su puntería en las definiciones por penales.

Hasta el momento, de 11 penales ejecutados, no han errado ni uno. Ciento por ciento de efectividad. Algo que en llaves tan cerradas, puede hacer la diferencia entre seguir o quedar afuera. Si lo han venido practicado en la semana, enhorabuena, y si es una condición innata de sus jugadores, a no dormirse y a seguir probando para mejorar. El torneo sigue su curso y los de Villa Gobernador Gálvez continúan bien encaminados, aunque el próximo fin de semana no podrán contar con Leonel López, expulsado ayer.

Otra nube que parece oscurecer el cielo de Aguirre es la falta de su goleador, Fernando Villalba. Tras la lesión que sufrió ante ASAC (distensión en los ligamentos de una de sus rodillas) no pudo estar en los dos cotejos ante Racing de Colón, y aún podría estar alejado de las canchas otros 20 días. El atacante fue vital durante el TDI para Coronel Aguirre, ya que metió 9 goles en 8 partidos, y si bien Aguilar cumplió con un tanto ante Racing, él, y el resto de sus compañeros (Fretes, Báez, Pianovsky, Muga, etc) dilapidaron otras chances que pudieron liquidar la serie antes de llegar a la ejecución desde los doce pasos.

La intención de la dirigencia rojiverde es incorporar otro delantero para reforzar el plantel, pero el reglamento no le hace fácil las cosas. Según parece, el Consejo Federal no sólo debe constatar la veracidad de la lesión haciendo viajar al jugador (para que un doctor lo revise en Buenos Aires), sino que exige que la recuperación le demande más de 180 días, es decir 6 meses de inacción. Algo que, además de exagerado, parece imposible en el caso de Villalba, cuya lesión lo tendría afuera apenas 30 o 40 días.