En uno de los momentos más duros en la historia del fútbol de nuestra ciudad, los chicos dieron el ejemplo. Los pequeños (aunque gigantescos de espíritu y corazón) que integraron los dos Selectivos de la Asociación Rosarina de Fútbol, se consagraron campeones invictos en el “Disney's Memorial Day Soccer Shootout”, torneo que se disputó durante la semana pasada en el Complejo “Wide World of Sports” que dicha empresa norteamericana posee en la ciudad de Orlando.

Y es verdad que el fútbol de los grandes está atravesando un mojón negativo si se lo compara con su vasta y riquísima historia de lauros y proezas, por eso es que valen tanto estos títulos que los chicos del Sub-11 y Sub-13 rosarino consiguieron bien pero bien lejos de casa. Porque demuestran que la solución a toda crisis está en ellos. En los niños. Y en la cantera inagotable de buenos futbolistas que tenemos en nuestra ciudad y alrededores. Esa invaluable materia prima que siempre obtiene grandes resultados cuando es manejada por técnicos capacitados e inteligentes.

Esta mañana arribaron al país procedentes de los Estados Unidos (previa escala en Lima, Perú). Apenas pasaditas las siete de la mañana aterrizaban en Fisherton, y unas horas después completaban el periplo en la sede de la ARF, donde como sucede todos los años, el Presidente Mario Giammaría ofreció unas palabras de agradecimientos a los niños, familiares, y adultos que integraron la delegación. Una vez concluida la despedida formal, sí se dio por finalizado el viaje, y los jóvenes deportistas quedaron liberados para marcharse a sus respectivos domicilios.

En la llegada del avión hubo una multitud esperando, y los felices padres armaron luego una tremenda caravana hasta la Casa Madre del fútbol rosarino. En el aeropuerto los miembros del contingente recién llegaditos del país del norte, tuvieron la grata sorpresa de ser entrevistados por las cámaras de Canal 5, y salir en vivo para “Bien temprano”, programa matutino de esa emisora. El móvil se encontraba en el lugar aguardando a Lionel Messi, que casi simultáneamente partía rumbo a Buenos Aires, para sumarse a la Selección.

El reencuentro con cada familiar fue muy emotivo. En cada abrazo, y cada beso, había muchas horas de ansiedad contenida. Más allá de que los chicos no siempre demuestran sus emociones en público, se los notaba chochos de estar de nuevo en casa. Y encima con las copas bajo el brazo. Detalle no menor si se tiene en cuenta que el fútbol en Estados Unidos está en franco desarrollo. Un progreso, sobre todo en la zona donde se jugó el torneo, que es posible gracias al aporte que hace la comunidad latina (mexicanos, costarricenses, colombianos, venezolanos, y hasta argentinos).

En definitiva, fue una gira espectacular. Una experiencia de vida inolvidable para todos los que la pudieron disfrutar. Y si así puede realizarse, es siempre gracias a la minuciosa y metódica organización de la Asociación Rosarina de Fútbol, que a través de su presidente y sus directivos se hace presente en los más mínimos detalles, a fin de que todo lo que está a su alcance pueda salir bien. Y luego claro, como no nombrarlos, gracias al esfuerzo que hacen los padres, y a los chicos, que una vez más actuaron solidariamente, se integraron sin condiciones a un grupo que fue muy unido, y se comportaron respetuosamente fuera de las canchas.

¡¡Felicitaciones campeones!!