Es curioso, pero en el fútbol muchas veces el que consigue el éxito anhelado se marcha sin más, del mismo modo en que se va el que no consigue resultados. Motivos económicos, personales, o simplemente considerar entre ambas partes que se llegó al fin de un ciclo, lleva a entrenadores y dirigentes a convenir la salida de un Cuerpo Técnico que obtuvo un campeonato. Es el caso de Dalcio Víctor Giovagnoli, rosarino que consiguió que Cobresal, un club joven de apenas 36 años de vida, obtenga en Chile el primer título de su historia.

El ex defensor de Newell's, Central Córdoba e Instituto, ya dirigió en muchas instituciones del país y sudamérica. Aquí estuvo en 10 (sin contar a Renato Cesarini, su primer experiencia). Entre otros, Tiro Federal, la CAI, Belgrano, Chacarita y Guillermo Brown de Puerto Madryn, club que llevó al ascenso del Federal A al Nacional B. Afuera dirigió en Paraguay (Sol de América), Ecuador (Dep. Cuenca), Bolivia (cuatro clubes, y hasta tuvo un breve paso por la Selección mayor de ese país). Allí fue subcampeón con Jorge Wilsterman y lo clasificó a la Copa Libertadores. Por último en Chile, estuvo en Rangers y recientemente en la entidad minera.

Y no fue un año más para que los mineros festejen. El desierto de Atacama, el lugar considerado más seco del planeta, sufrió una histórica inundación. La más furiosa de los últimos 80 años. Fue un desastre natural que provocó aludes, y obligó a evacuar varias poblados por temor a que las aguas lodosas se cobraran mayor cantidad de víctimas. Tras ese panorama, producido en marzo de este año, llegó la compensación deportiva. El festejo de un club golpeado, pero que pudo mantenerse en pie. Esto fue lo que nos contó Dalcio al respecto.

__Les tocó festejar justo en un año donde sufrieron un impresionante golpe de la naturaleza, ¿cómo vivieron eso?
__Mirá... en relación a la catástrofe, lo que sucedió fue muy feo. Con los amigos y el entorno la pasamos mal. De hecho nos tuvimos que mudar. Los últimos 45 días del campeonato estuvimos radicados en Santiago. Todo el grupo, incluso las familias tuvieron que dejar sus lugares de orígen. En Santiago hicimos base, e hicimos las veces de local, menos la última fecha que volvimos a El Salvador. El hecho de mudarse hizo todo muy difìcil... muy complejo.

__¿Cómo fue mentalizar a la gente de un club sin títulos, y convencerlos de que se podía superar a los grandes como Colo-Colo y U de Chile?
__La gran virtud del plantel fue la convicción. Y fundamentalmente reformular objetivos. Porque nosotros llegamos con el objetivo de salvar al equipo del descenso, y una vez que se logró, empezamos a pensar en la Sudamericana, que no pudimos clasificar porque Huachipato, con la sumatoria de los dos campeonatos, nos había sacado muchos puntos. Pero una vez que quedamos ahí en el podio en las últimas fechas empezamos a creer en el campeonato y por suerte se pudo dar. Algo histórico e inesperado.

__¡Qué conquista para un Cuerpo Técnico bien rosarino!
__Sí, es muy importante, no sólo para nuestro cuerpo técnico, sino también para la escuela rosarina, que está siempre pujando y sacando nuevos entrenadores. Porque a mí me acompañaron Martín Garnero, Ayudante de muchos años, Carlos Coppola como Preparador físico, y además estuvieron Federico Martorell y el negro Juan Pablo Miño, otros dos rosarinos ex Newell's y Central Córdoba.

__Pese al título ¿no renovaste con la gente de Cobresal?
__No, los dirigentes me pedían una respuesta inmediata para programar el próximo semestre y nosotros estábamos evaluando otras alternativas, por eso decidimos cerrar el vínculo, terminar el proceso, porque estábamos contrarreloj y los tiempos de ambas partes eran diferentes. Ahora tenemos una opción en vista, de Arabia Saudita. Vamos a ver si se puede concretar, y si no, no hay problemas... esperaremos un tiempo sin trabajar.