Voces agoreras, de esas que nunca faltan en el fútbol, aseguraban que Coronel Aguirre y Oriental era un partido de alto riesgo, difícil de programar en el marco de nuestro fútbol amateur. Sin embargo, esta tarde quedó demostrado que si trabajan mancomunadamente varios organismos, el éxito está asegurado. En esta ocasión, la dirigencia de la Asociación Rosarina de Fútbol tomó más recaudos de los habituales, se reunió en varias ocasiones con los miembros de la Secretaría de Seguridad de la Provincia de Santa Fe, y se pudo garantizar el desarrollo normal del espectáculo.

El operativo fue todo un éxito, y para ello mucho tuvo que ver la acción de los casi 20 efectivos policiales asignados al duelo, los cuales se apostaron en diferentes sectores del Estadio de Tiro Federal. El cotejo entre rojiverdes y aurinegros se jugó a puertas cerradas, y en eso también fue efectiva la elección del escenario, ya que “el Fortín” de Ludueña es una verdadera fortaleza de muros altísimos que impide colados. Una vez controlados los aspectos externos, sólo quedaba aguardar que los protagonistas tuvieran buena predisposición dentro del campo de juego, y la tuvieron. Se prodigaron con intensidad, como un clásico amerita, pero sin malas intenciones o brusquedades excesivas. A ellos también hay que felicitarlos. Jugaron sin buscar la ventaja permanente, y sin hacer reclamos inadecuados.

Para finalizar, un párrafo aparte para la cuaterna arbitral, impecable desde todo punto de vista. El árbitro, Nazareno Arasa, es un joven de un futuro enorme. Dirige siempre bien. Con naturalidad lleva las riendas del partido, y aunque expulse, saque muchas tarjetas amarillas o cobre un penal, como sucedió hoy, sus fallos no son protestados porque en general son certeros. Sin dudas es un juez de proyección nacional, y no extraña que el Consejo Federal lo haya designado en 11 de los últimos 12 fines de semana para dirigir en los torneos argentinos A y B.