El día del padre es sin dudas una fecha muy especial. Por eso sabíamos que debíamos rendirle un homenaje acorde, a esa figura tan importante e imprescindible en la vida de las personas. El padre, en el fútbol, es ese que apuntala con sus consejos. El que apoya con su aliento. El que sigue de cerca el desarrollo del niño, o adolescente, y que se vuelve el hincha número uno de aquel que llega al profesionalismo. Pero más allá de las condiciones del pequeño jugador, el papá es el que siempre está detrás del alambrado, el que acompaña a las prácticas, el que muchas veces se vuelve DT.

Y como Rosario Fútbol quería homenajear a todos los padres en su día, decidió hacerlo en la persona de uno muy especial. Alguien que ha de estar atravesando un momento inolvidable: Miguel Ángel Russo, el Director Técnico que le devolvió la alegría al pueblo auriazul. Ese conductor que tomó el timón de un barco pesado de dirigir, en un momento histórico que bien podríamos catalogar como una tempestad, y que pese a los vaivenes de las primeras fechas, lo pudo llevar a buen puerto. Ese hombre casi reverenciado por los fanáticos de Rosario Central, que no sólo logró ascender al club a Primera División, sino que en la tarde de hoy obtuvo la yapa, el plus, el título de campeón.

Y buscábamos una mirada diferente de él, porque detrás del entrenador exitoso, o del ex jugador que sorteó mil batallas, está también el padre atento que lleva a su hijo a los partidos de Rosarina. Por eso es que quisimos hablar con Ignacio Russo Cordero, su hijo de 12 años que juega de centrodelantero en la categoría 2000 de A.D.I.U.R, y también en la Octava División de Argentino Sirio, club participante de los torneos de Futsal de la ARF. Pese a su timidez de preadolescente, “Nacho” no dudó ante el micrófono a la hora de decir “mi papá es buenísimo y lo quiero mucho”.

El hijo de Russo siempre jugó de 9, y aunque conoció los torneos de la Asociación Rosarina recién este año, ya participó de otras Ligas de baby. Dice que se siente contento con el grupo que integra, y que está satisfecho con el tercer puesto que ocupa ADIUR en la tabla de la Zona Azul del fútbol infantil. Asegura haberse volcado a este deporte por un legado familiar, y casi imperceptiblemente agrega: “fue por mi papá”. Tras lo cual no duda en afirmar que lo acompaña a algunos entrenamientos de la Primera canalla, y que “sí, soy de seguirlo”.

“Me va a ver la mayoría de los partidos. Y me gusta mucho que esté” confiesa Ignacio. Y aunque Miguelito dará muchas indicaciones en el banco local del Gigante de Arroyito, Ignacio nos cuenta que a él no le da tantos consejos. “Sólo me dice que me divierta y que juegue”. La nota termina con dos conceptos muy claros. Su sueño, ese que tantos juveniles amantes del fútbol comparten, Nacho lo verbaliza sin dudar: “Llegar a primera”. Y la última frase va dirigida a Miguel Ángel, ese espejo en el que seguramente le gustará reflejarse: “feliz día papá”.

Para finalizar, sólo cabe aclarar que Ignacio no es el único jugador de Rosarina que es hijo de algún jugador o ex jugador famoso. También está fichado Gerardo Andrés Martino, hijo nada más y nada menos que del “Tata”, DT de Newell’s Old Boys, y otro de los hombres que le está regalando alegrías al pueblo rosarino, en este caso a los hinchas del rojinegro. Gerardo es categoría 96, juega actualmente en Sarmiento FC, pero conoce muy bien las canchas de la ARF ya que antes defendió los colores de Provincial y Sagrado Corazón.