Tras 15 años de sequía en la Rosarina, Newell’s rompió el maleficio y volvió a gritar campeón después de una gran temporada que lo tuvo como uno de los principales animadores a lo largo de las 30 fechas y que recién se definió en la última.

En el equipo de Carlos Polenta, hubo muchos puntos altos, pero uno de los que más se destacó fue Hernán Altolaguirre. El delantero nacido en Santa Rosa, La Pampa y que desde el 2009 viste la casaca Rojinegra fue el goleador del equipo y estuvo muy cerca de obtener el mote de máximo artillero del Molinas.

“Coronarse goleador siempre es lindo, pero por la cantidad de partidos que jugué estoy conforme, porque me faltó estar en muchos”, expresó el jugador que desde su llegada proveniente de All Boys de La Pampa, hace tres años atrás, alternó su juego entre Rosarina, inferiores de AFA y Reserva.

“Si me toca volver a jugar en la local, voy a tratar de ser el goleador para aportar una mayor cantidad de goles al equipo”, agregó Altolaguirre. Con respecto a la máxima categoría de la Rosarina, el delantero señaló: “Es un torneo muy duro y de un nivel muy bueno que le sirve a todos para ir madurando”.

Pese a la dificultad del Molinas, el juvenil se las ingenió para destacarse y ser la cuota goleadora del equipo. “Trato de estar siempre más o menos en el nivel, eso se va ganando con el tiempo y con la ayuda de los compañeros, también depende de la suerte que se tiene”, sostuvo el atacante que tiene como referente a Ignacio Scocco. “Le están saliendo todas derechitas, está haciendo las cosas muy bien, es un jugador de mucha experiencia y que nos sirve”, señaló, al mismo tiempo que agregó que a nivel internacional sigue lo que hace el Niño Fernando Torres.

Quizás el año que viene, Altolaguirre pueda jugar a la par de su referente, ya que su buen nivel lo mantiene cerca del primer equipo del Rojinegro. “Dios quiera que sí, siempre uno lo que quiere es llegar a jugar a la Primera, pero vamos a jugar donde tengamos el lugar y donde nos ganemos el puesto”, manifestó el delantero manteniendo los pies sobre la tierra.

Tanto Newell’s como el equipo de Álvarez, fueron los principales animadores del campeonato y se pelearon palmo a palmo el título hasta la última fecha, pero para que esto suceda, el jugador reconoció que debieron replantearse algunas cosas: “En algún momento empezamos a pensar que no estábamos haciendo las cosas muy bien y ahí fue cuando nos recalcamos las cosas que estábamos haciendo mal y las corregimos para poder dar vuelta esa situación”.

Por último, a la hora de destacar el punto fuerte de este Newell’s campeón, el delantero señaló la parte ofensiva: “Yo creo que lo mejor de nosotros fue que cuando atacábamos éramos un equipo muy agresivo”. Algo de razón tiene ya que la Lepra fue el equipo que más goles marcó, 65, haciendo un promedio de poco más de dos goles por partido.