La Asociación Rosarina de Fútbol es una cantera inagotable de jugadores que trascienden fronteras para demostrar su talento en las competencias más importantes del país y del mundo. Un ejemplo de esto es Ezequiel Lazo, delantero de Central Córdoba que se inició en la liga local para luego tener la posibilidad de emigrar al fútbol chileno y desempeñarse en distintas categorías de la AFA en nuestro país.

Con 23 años, el Melli, comenzó su carrera futbolística en el Club Atlético Defensores Unidos junto a Lucas, su hermano, “Ahí hice inferiores, estuve desde novena hasta que me fueron a buscar de Central”, recuerda el delantero. El buen rendimiento, tanto de él como de su hermano, en el equipo de barrio Ludueña, hizo que ambos capten la atención del Canalla que los incorporó a sus filas en 2008.

En Rosario Central, Ezequiel estuvo apenas dos años. Pese a parecer poco, al goleador le sirvió para destacarse en la Rosarina y ser una de las figuras del equipo campeón del Gobernador Molinas en el 2010. "Me tocó salir campeón y más que nada me quedan muchos amigos”, rememoró el futbolista que en base a su buena actuación pasó a jugar en la primera división de Central Córdoba que por ese entonces militaba en la primera C.

Allí volvió a mostrar todo su talento convirtiendo goles importantes y aportando a que el equipo gane el reducido y acceda a jugar la promoción ante Los Andes, instancia en la que perdió en manos del equipo de la B Metropolitana.

Pero su vertiginosa carrera lo hizo ampliar horizontes y pasar al fútbol chileno. Del otro lado de la cordillera, el Melli fue seleccionado por Ivo Basay, el técnico del O’Higgins, para integrar el plantel del conjunto celeste durante el segundo semestre del 2011.

Para el joven rosarino no hay grandes diferencias entre la liga trasandina y la argentina, “Lo que es entrenamiento e infraestructura está todo parejo, por ahí se pueden encontrar algunas diferencias en lo que es futbolístico pero el ritmo es casi similar”, aseguró.

Su debut en el O Higgins fue casi soñado. Ante Cobreloa, Lazo ingresó en el segundo tiempo para reemplazar a Samuel Teuber y una de las primeras pelotas que tocó la envió al fondo de la red para empatar las cosas 1 a 1.

El 2012 llegó y encontró a Ezequiel como jugador de Defensores de Belgrano. Allí tuvo el agrado de jugar con Ariel Ortega. “Estuve con el Burrito, la verdad que de él me quedó una buena imagen, una excelente persona y conmigo siempre se portó bien”, manifestó el jugador que tras seis meses de suerte dispar volvió a la ciudad para ser jugador de Central Córdoba.

Actualmente, continúa desempeñándose en el Charrúa que este año logró el ascenso a la B Metropolitana y ahora lucha por mantenerse en esta categoría.

Si bien parece la carrera de un jugador entrado en años, Lazo tiene apenas 23 y ya cuenta con una gran experiencia a nivel profesional. Igualmente, no se olvida de la Rosarina, liga que lo vio nacer futbolísticamente y de la que guarda los mejores recuerdos, “Yo creo que del interior debe ser la liga más competitiva”, aseveró.

Además, se despidió con un mensaje para cualquiera de los jóvenes que integran esta liga tan prestigiosa: “Nunca bajen los brazos y tengan el sueño de llegar, traten de dedicarse a esto que es algo muy lindo”.