La gira de los chicos de Mitre a Chile ya pasó, es cierto, pero de la memoria siguen aflorando recuerdos, como si de conejos saliendo de una galera se tratase.

Fotos y texto Miguel Martínez.

Algunas curiosidades del lenguaje hicieron reír y mucho a los chicos perecinos/rosarinos. Detrás de la cordillera por ejemplo, a los vestuarios le llaman camarines, a las tribunas les dicen gradas, y a los insultos garabatos, esto lo supimos cuando uno de los árbitros advirtió a un técnico: “al próximo garabato se va”.

Y no es todo. A ridiculizar a un rival con muchas gambetas, ellos le llaman vacilar. A las riñoneras, tan útiles para llevar el dinero y las monedas, en Chile le dicen “bananos”, palabra que generó alguna confusión en la aduana. A la senda peatonal la conocen como paso cebra, para ellos los taxis son colectivos, y los colectivos, simplemente bus.

En lo monetario también hay importantes diferencias entre un país y otro. Un peso argentino son 105 pesos chilenos, por lo cual a más de un padre se le creó una confusión a la hora de pagar. Una cerveza estaba 1.000 pesos (algo así como $ 9,50 de aquí), una gaseosa chiquita 500 pesos, un pancho (al cual allá se le llama hot-dog) otros 500, y un helado de palito, 200 pesos.

En lo referente al torneo, el viernes por la noche hubo una cena para agasajar a los técnicos y coordinadores de cada delegación. A la misma concurrieron Daniel Bertolano y Claudio Pisani en representación de Mitre. Tanto el alcalde de Melipilla, Mario Gebauer, como el organizador del torneo, Ricardo Jara, destacaron el esfuerzo hecho por la gente de Mitre, que no solo hizo más de 1.300 kilómetros para llegar, sino que llevó a la delegación más grande, con 85 jugadores.

A esta cena estaba invitado el Gobernador de Melipilla, Sr. Francisco Gómez, que sin embargo por cuestiones de índole personal no pudo estar presente. No obstante, la promesa de los organizadores fue mejorar el evento para el año que viene, y corregir los errores cometidos. En la velada tomó la palabra Daniel Bertolano (sus palabras fueron de profundo agradecimiento hacia los anfitriones), y el encuentro protocolar fue cubierto por los dos periódicos de Melipilla, “El líder” y “El labrador”.

En definitiva, el balance es sumamente positivo. El presidente de la delegación, y sus más cercanos colaboradores, Di gangi y Pisani, quedaron muy satisfechos. Que en la convivencia entre 240 personas durante cinco días no se haya generado ni un altercado ya es mucho decir. Además, no hubo tampoco inconvenientes de salud (ni entre los chicos ni entre los grandes), ninguna lesión (ni grave ni menor), y ni un solo llamado de atención de los organizadores a nuestros planteles (que se portaron a las mil maravillas tanto en los predios deportivos como en el colegio donde desayunaron, almorzaron y cenaron).

Felicitaciones Mitre por tan linda iniciativa, y por dejarnos formar parte de la experiencia.

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