Que el futsal de la Asociación Rosarina de Fútbol (ARF) esté en constante crecimiento ya no es novedad. Cada vez son más niños, jóvenes y adultos que se vuelcan a una disciplina que parece no tener techo. Y, también, cada vez son más las mujeres que tienen el lugar que les corresponde.

Por tal motivo, cada año son más y más las instituciones que patean el tablero y deciden darle protagonismo a la rama femenina del futsal. Para este 2022 fueron dos: el Club Atlético Social y Deportivo Suderland y la Universidad Nacional de Rosario. Una de ellas se reincorporó, tras un lapso ausente, mientras que la otra sí es nueva en la ARF.

El primer elenco a destacar es un conocido en la actividad. Ubicado en la zona noroeste de la ciudad (Camilo Aldao al 500), en barrio Ludueña, Suderland participó hace unos años en el futsal femenino, pero, por falta de espacio y horarios, tuvo que abandonar. Este año, de la mano de Martín Mercogliano, el proyecto volvió y sueñan con recuperar la grandeza.

En diálogo con Rosario Fútbol, el director técnico y coordinador del futsal femenino de Suder, Mercogliano, contó cuándo surgió la idea de reflotar la disciplina: “A fines del año pasado, se lo planteé al presidente. El futsal siempre fue fuerte acá. Entonces, me dijo que sí automáticamente, y ahí quedé a cargo de todo”.

Actualmente, Estefanía Santamaría, jugadora que este año sufrió una lesión en una rodilla, le da una mano en los entrenamientos y en los partidos. Juntos, se encargaron del armado del plantel. Como Mercogliano tiene el equipo de fútbol 7 de Suder hace varios años, tenía jugadoras a las que acudir, además de las que habían quedado de la camada anterior. Si bien tiene un plantel de aproximadamente 12 integrantes, no ve con malos ojos seguir incorporando.

“Sé que formamos un equipo fuerte, pero la idea es traer jugadoras que tengan un nivel acorde a las del plantel, que es muy bueno, para seguirnos reforzando. Pueden llegar con el correr del torneo”, contó el entrenador. Y aclaró: “Sé que con lo que tenemos vamos a pelear el torneo. El objetivo es ascender”.

Consultado sobre el nivel del futsal femenino en Rosario, Mercogliano celebró el “gran avance” que está transitando. De hecho, él mismo habló con el presidente de Suderland para que apueste a la tira de inferiores, porque cree que en unos años va a ser “igual o más fuerte que el masculino”.

“Me dediqué hace varios años al deporte femenino para tratar de generar inclusión. Es importante que las mujeres tengan prioridad y se les dé el espacio. Es una cuestión de seguir apostando en las chicas y enseñarles, tanto dentro como fuera de la cancha. Por suerte, en el club a eso lo entendieron”, cerró Mercogliano.

Una vuelta recargada

La ausencia de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) en los torneos de la Asociación Rosarina de Fútbol (ARF) fue de 10 años. Finalmente, este 2022 tomaron la decisión de retornar a la competencia de la que fueron pioneros y en la que se coronaron campeones allá por 2009 y 2010. Pero por aquellos años no estaba organizado el futsal femenino, por lo que este 2022 también marcó el inicio en ARF.

Si bien había participado en A.RO.FU.SA (Asociación Rosarina de Fútbol de Salón), esta es la primera experiencia de la UNR en la ARF. Según le contó Javier Gonzalo a Rosario Fútbol, la idea de pasarse a Rosarina surgió para darle más competencia al plantel. Sin embargo, hasta el momento ha sido un desafío, sobre todo en el armado del mismo.

“Estamos viendo con qué nos encontramos. Tenemos una nueva camada. Esperamos poder estar a la altura y tratando de crecer poco a poco. No conocemos a los rivales y los rivales no nos conocen a nosotros”, contó el director técnico del equipo femenino de la UNR.

Gonzalo se sumó en 2021 al equipo femenino de la UNR. En un torneo de verano tuvo su primera experiencia como DT, y pudieron conseguir el último título de A.RO.FU.SA. antes de pasarse a la ARF. Pero, al contrario de lo que pensaba que iba a ocurrir, no quedó una base armada. Es por ello que están en un proceso de recambio. Lo primero, como siempre priorizó la UNR, es tener un “buen grupo humano”.

Debido a esta incertidumbre en el armado del plantel y la primera experiencia en una competencia nueva, Gonzalo plantó los pies en la tierra y prefiere ser “realista” a la hora de trazarse objetivos. “Las chicas saben que lo que necesitamos primero es ser un grupo competitivo. Tenemos que afianzarnos y que se conozcan, algo que lleva tiempo. Si en esa exigencia podemos pelear los primeros puestos, bienvenido sea. Pero por ahora estamos tranquilos”, reconoció.

Gonzalo, que desde chiquito está relacionado con el futsal (su padre lo llevaba a ver los partidos de Universidad, dado a que sus hermanos jugaban ahí), con respecto al crecimiento de la rama femenina, dijo que por lo poco que pudo ver en este tiempo y sus conocimientos previos, hay un “gran nivel”. No obstante, hasta el momento no vio ningún equipo “descomunal”, sino que hay un nivel parejo.

“Está creciendo a pasos agigantados. Lo bueno es que con inferiores de mujeres, en un par de años vamos a ver un nivel mucho mayor. Las que puedan vivir el futsal desde chicas, son unas privilegiadas. Cuando crezcan, si aprovechan la formación pueden llegar muy lejos. El crecimiento se da sí o sí, es cuestión de tiempo”, celebró Gonzalo.

Compitiendo en la Primera B, por supuesto con ánimos de ascender a la Primera A, tanto Suderland como la UNR son claras muestras de que apostar al futsal femenino trae sus frutos. En distintos puntos de la ciudad, las instituciones abren espacios y profundizan el proceso de inclusión al que todo el futsal de la ARF apunta año a año.