Reseña Histórica

A fines del siglo XIX, el deporte importado por los inmigrantes ingleses a esta tierra no gozaba del profesionalismo con el que hoy es masivamente conocido, aunque sí contaba con la amplia adhesión de parcialidades de disímiles orígenes económicos y sociales. En esta etapa de comienzos, la disciplina futbolística se recrea de manera constante en un escenario ligado a la cotidianeidad de los deportistas.

El barrio constituye uno de los primeros reductos desde donde se impulsa la práctica del deporte. Tal es así, que dentro de los límites que sugiere este territorio, cualquier lugar es apto para su desarrollo. Más allá de las características precarias de los primeros escenarios en los que se juega, un fenómeno se estaba gestando desde diferentes puntos geográficos de la ciudad.

El fútbol vino a satisfacer, a mediados de 1800, aquella necesidad latente de contar con una pasión propia, aglutinante, representativa de la diversidad cultural de la comunidad de ese entonces. Así fue como a medida que transcurrieron las décadas, y gracias al esfuerzo de sus curiosos promotores y seguidores, la escuela deportiva más importante del interior de Argentina fue tomando consistencia y una imagen cada vez más sólida. En aquellas épocas de amateurismo los jugadores no gozaban del confort ni los recursos de los que hoy disponen. Así lo recuerda Oscar Ongay en su libro "Rosario, fútbol y recuerdos": "Los adolescentes eran más organizados para las competencias que se improvisaban todos los días. Era así como se constituían los clubes que, sin sedes sociales, tenían su acervo patrimonial en las camisetas, inflador y pelota de cuero que se dejaban en el domicilio del depositario elegido por la barra".

Si bien el inicio del fútbol a nivel institucional data de 1867 – fecha en la que no sólo se funda el Rosario Cricket Club que luego dará origen al Rosario Atlético sino que también se juega en simultáneo en Buenos Aires y Rosario el primer partido oficial – hasta 1871 el juego es muy rudimentario dado que recién se adopta la formación de cinco delanteros, tres medios, dos defensas y un arquero. Primero fue la bola de cuero inflado, luego aquella pelotita colorada y saltarina a la que se accedía con los diez centavos de la moneda de la época. Pero una de las novedades que más sorprendió es la que introdujo, en 1874, el uso de las canilleras, objetos extraños hasta el momento, capaces de contrarrestar los golpes en las piernas de los deportistas. A medida que pasa el tiempo se ponen en vigencia nuevas reglamentaciones así como también se comienza a barajar, con más ímpetu, la idea de fundar clubes comprometidos de manera sistemática con la difusión de esta práctica.

Con una historia fuertemente ligada al desarrollo de los ferrocarriles, en 1889 inicia sus actividades el Club Atlético Rosario Central. Lo hizo bajo la denominación Central Argentine Railway Atlethic Club, enarbolando el rojo y el blanco. Sin dudas, Rosario Central, uno de los pioneros en la historia del fútbol local y animador permanente de los torneos competitivos más importantes, forjará también, a partir de su estilo e idiosincrasia particular, una identidad única e inalterable. Otro que comparte el rojo es el Club Atlético Provincial, fundado por Juan Cecchi el 25 de mayo de 1903. Cipriano Roldán, periodista y autor de "Anales del Fútbol Rosarino", reconstruye con una breve crónica los orígenes de otro histórico de la ciudad y apunta: "3 de noviembre. Dan sus frutos las clases de una original asignatura que dictara don Isaac Newell en su Colegio Inglés. Sus ex alumnos se reúnen en una de las aulas del establecimiento. De tan animada reunión surge la creación de un club. Lo constituyen los once integrantes del equipo. Llevará el nombre de Club Atlético Newell’s Old Boys".

Con este movimiento paulatino de proliferación de instituciones deportivas se conquistan los cuatro puntos cardinales de la ciudad. Proceso que se profundiza con la creación del Club Atlético Argentino, hoy Gimnasia y Esgrima y la concreción, el 29 de marzo de 1905, de un sueño diseñado por un grupo de muchachos encabezado por Cornejo, Recanzone, Curbier, Pardal, Rodríguez, Rossetti, Graziola y Arce entre otros, cuyo nombre es Club Atlético Tiro Federal.

Las raíces fundacionales de la Asociación Rosarina de Fútbol – A.R.F.-, considerada a nivel nacional e internacional como la mayor organización deportiva del interior de Argentina, se remontan a principios del 1900. Para ser precisos, el 30 de marzo de 1905, es fundada esta casa deportiva, denominada en sus inicios como Liga Rosarina de Fútbol. Este hecho, responde a una necesidad por parte de los representantes de los clubes Rosario Atlético, Rosario Central, Newell’s Old Boys y Club Atlético Argentino de organizar el deporte que, desde hacía años, asomaba en Rosario con una impronta deslumbrante.

Según datos aportados por documentos históricos de la época, la conformación de esta estructura se hace efectiva en dependencias del ex Hotel Britania, sito en calle San Martín entre San Lorenzo y Urquiza. Allí no sólo se labraría el acta fundacional, sino también se llevaría a cabo la elección de las primeras autoridades de la institución. Un mes y medio después de conformada la Liga se sumarían otros dos clubes entre los afiliados. Sus nombres, "Provincial" y "Córdoba y Rosario".

Si bien se puede precisar con exactitud la fecha de creación de la Liga – que ya lleva más de  107 años de historia en la ciudad de Rosario, y que en 1931 devino en Asociación – existen opiniones disímiles a la hora de determinar cuál fue el puntapié inicial que hizo rodar el esférico por estas latitudes. "No podrá saberse nunca el día y el lugar preciso donde en un sitio cualquiera de Rosario se dio el primer puntapié a una pelota de fútbol. Ni tampoco cuándo, en la ribera o el baldío, sonó la pitada inaugural del referí dando orden de iniciar un partido", relata Cipriano Roldán en aquel recordado primer tomo de "Anales del Fútbol Rosarino".

Con el paso del tiempo, las vitrinas de aquellos jóvenes clubes fundados por sus propios jugadores se fueron colmando de trofeos conseguidos tras reñidas disputas en campeonatos locales, los tradicionales enfrentamientos con seleccionados porteños y uruguayos, los partidos de caracter benéfico, las visitas de equipos extranjeros, entre otros encuentros que constituían un acontecimiento en sí para toda la ciudad.

Esta cosecha imbatible de triunfos y figuras posibilitó que el fútbol rosarino conquistara un lugar indiscutido tanto en la consideración popular de Rosario como de todo el país y el mundo. Cientos de nombres lo hicieron posible. Los hermanos Hayes, Ricardo Le Bas, Zenon Díaz, Daniel Green, Cataldo Spitale, Juan Hudson, José "Pinoto" Viale, el "Piojo" Franco, Julio Libonatti y el inolvidable Gabino Sosa, más una lista interminable de jugadores que también fueron dirigentes, y precedieron a los Batistuta, Pizzi, Balbo, Chamot, Sensini, Bonano, Gonzalez, Biagini, pasando por los Cantelli, Pontoni, Morosano, Ferreyra, los Gómez, Guzmán, Potro y García, los Sacchi, los Solari, Griffa, Menotti, Carnevali, Gallego, Poy, Martino, Bauza, Valdano, Palma. Dirigentes de la talla de Isaac Newell, de Colin Bolder, Bordabehere, Federico Flynn, Erland Ross, José Olaeta y tantos otros que contribuyeron a forjar esta Cuna de Campeones.

De aquellos primeros 8 equipos hasta los 700 de hoy, de los poco más de 150 jugadores de entonces hasta los 15.000 de la actualidad, mucho tiempo transcurrido y muchas transformaciones en los planos de la ciencia, la cultura, la tecnología, las artes y las comunicaciones. Sólo unas pocas cosas permanecen inalterables. La pasión por el fútbol es una de ellas.

La Asociación Rosarina de Fútbol, es hoy por mérito de todos, una entidad moderna, dinámica, funcional, relacionada e integrada a nivel institucional y deportivo. En América y Europa, los seleccionados y los equipos de sus clubes afiliados siguen ratificando, a través de sus conquistas, un fenómeno con más de cien años. Hoy el mejor futbolista del mundo, afirmación unánimemente pronunciada por periodistas, entrenadores y jugadores de todo el planeta, es Lionel Messi. Un jovencito surgido de esta Liga y estas canchas. El más perfecto exponente del fútbol nuestro, aunque no el único, ya que en simultáneo con él, brillan en Europa Ángel Di María, Ezequiel Lavezzi, Javier Mascherano, Ever Banega y Martín Demichelis entre tantos otros.

La rica trayectoria de goles y gambetas rosarinas que se pasea gustosa por el mundo sigue en permanente ascenso. La historia sigue. Estos hechos, relatados de manera fugaz, intentan reconstruir los esfuerzos denodados de una institución futbolística que logró trascender los límites geográficos de la ciudad que la vio nacer. Sin lugar a dudas, la Asociación Rosarina de Fútbol es, prácticamente desde el momento en que desembarca el deporte en la ciudad hasta estos días, la organización madre que representa y recrea de manera fiel el espíritu deportivo que caracterizó a aquellos años de esplendor futbolístico.

A través de estas páginas, en las cuales se conjuga pasado, presente y futuro, la idea es recuperar la historia enriquecedora de un juego en el que pasión y destreza se confunden para poder proyectar este patrimonio a las nuevas generaciones de deportistas. Creemos que rescatar la memoria y reconocer a todos aquellos forjadores de ilusiones y promotores de tantas hazañas y logros en este deporte es un homenaje más que merecido. Esperamos que usted también se sume a esta tarea. Deseamos fervorosamente encontrarlo en estas páginas para que sienta, junto a nosotros, la misma pasión que nos une desde siempre.... EL FUTBOL.

Fuentes de información consultadas:

  • "Anales del fútbol rosarino", de Cipriano Roldán.
  • "Rosario, fútbol y recuerdos", de Oscar Armando Ongay.
  • Libros de Actas de la Asociación Rosarina de Fútbol.

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