Sin lugar a dudas, el mundo de la Asociación Rosarina de Fútbol tiene esa esencia mágica que perdura en el tiempo por haber jugado o transitado por los distintos torneos, desde los niños hasta llegar a la primera división. En ese contexto jugadores, técnicos, dirigentes y administradores son parte de la gran familia del deporte más popular local. Y uno de los casos particulares que dio la ARF fue la labor del árbitro Maximiliano Juri , quien a pesar de estar hoy alejado de la actividad oficial sigue catalogado por todos como el mejor referido que pasó por las canchas de niños. Ovación charló con él para recordar esos lindos momentos vividos, dirigiendo además a jugadores de la talla de Angel Di María, Giovani Lo Celso, Ever Banega, Franco Cervi, Angel Correa, Nery Domínguez, Ezequiel Chimi Avila, Ezequiel Ponce y tantos otros.

"Empezar a dirigir a los 24 años en el bebé durante 3 años hasta que fui promovido a las divisiones inferiores", relató el registrador juez a Ovación, "y seguí las conexiones al fútbol infantil hasta lo que fue el torneo Centenario en el 2005. Compartí muchas jornadas con un grupo de excelentes profesionales y cuando me retiré fue para dedicarle más tiempo a mi familia ”, su esposa Gisela, sus hijos Gonzalo y Chiara, sus padres Susana e Ismael.

¿Cómo tomás que a pesar de los años los jugadores te siguen recordando como el mejor árbitro de baby?

La verdad es que es algo muy gratificante para mí. Y lo tomo como un reconocimiento al esfuerzo, a la dedicación ya la pasión con la que me brindé siempre por el arbitraje.

¿Cuál fue la receta para llegar a chicos de entre 5 a 11 años?

Receta en esto no hay. Entiendo que un árbitro de fútbol infantil debe ser un eslabón más en la formación del jugador. Por ejemplo, si un jugador ejecutaba mal un lateral, no lo sancionaba y se lo daba al equipo rival. Me ponía detrás del jugador explicándole la manera correcta de hacerlo. Lo mismo si un arquero hizo el saque de meta saliendo “sin quererlo” de su área. Lo repetía hasta que saliera. Eso en realidad era tarea de su técnico que lo entrenaba toda la semana y el arbitro no tiene por qué hacerlo. Pero yo entiendo que hay un espíritu del reglamento en el que los jugadores de esa edad deben ser ayudados para aprender a ejecutar las reanudaciones del juego y no ser sancionados. Yo lo entendía así.

¿Cómo hacías para recordar en el medio de los partidos los nombres y apellidos de cada jugador?

Si bien tengo facilidad para retener rostros y nombres, sé que puede llamar la atención que un árbitro llame durante toda la jornada a los jugadores de 2 clubes distintos y en sus seis categorías. Sé que no es normal pero entiendo que es pura y exclusivamente porque tuve ese don de retener nombres en mi memoria.

¿Se extraña esas tardes de fútbol infantil?

Se extraña todo. Porque yo disfrutaba todo. Armar mi bolso, me gustaba llegar una hora antes a la cancha donde había sido recibido, era lindo recibir en mi vestuario a los delegados, a los técnicos, confeccionar la primera planilla y cambiarme. Luego disfrutar el juego y los goles que se gritaban buscando al papi, mami ya los abuelos. Después de que iba a casa con la tranquilidad de haber dado todo para que la jornada haya sido la mejor de la fecha.

Maximiliano Juri después fue a dirigir divisiones juveniles, pasó a ser asistentes de primera y luego árbitro principal. Actualmente dirige en los torneos internos. “Sigo despuntando el vicio”, con los mayores concluyó sonriendo.

"Soy feliz de haber dirigido a los Rodríguez, los Formica, los Lazo, los mellizos García, Federico Carrizo, Ávila y otros"

Nota de Juan Iturrez para Diario La Capital, publicada el 28 de julio de 2020

https://www.lacapital.com.ar/ovacion-aca/el-arbitro-que-dejo-un-sello-el-baby-n2599653.html