Los merecimientos en el fútbol han generado una discusión milenaria. De hecho nada hace pensar que alguna vez caduque. Para aquellos que creen que el mérito se destruye con el resultado, que mejor que el encuentro que ganó Central ante uno de los animadores del campeonato.

El Canalla visitaba a Griffa intentando salir de su irregular campaña, sin embargo, en menos de un tiempo se quedó con dos hombres menos y debió modificar sus planes. Los comandados por el Chino Albareque se dedicaron a esperar, el local no pudo concretar ninguna de las chances claras, y en una pelota quieta el conjunto auriazul se quedó con los tres puntos, haciéndole caso omiso a la justicia.

El partido era parejo, ambos se prestaban la pelota y no se lastimaban en las áreas, pero a los 30 minutos se dio el primer giro. Lucas Lencina, quien hasta allí había sido lo más peligroso en ataque para la visita, llegó a destiempo y vio con justicia la segunda amarilla, más allá del poco tiempo en juego.

En principio el trámite no cambió demasiado, y más allá de que el dominio comenzó a ser un poco más de los dirigidos por Walter Bello el encuentro continuó reinado por la monotonía. Sin embargo, cuando se moría la primera parte una nueva roja haría que todo cambiara. Misael Olivera cortó una contra y también vio la segunda amonestación, por lo que debió irse a las duchas tempranamente.

Ya en el complemento, con dos hombres más se vio un monólogo de Griffa, teniendo la pelota y siendo dueño de las mejores situaciones. En frente, el Canalla aguantaba como podía, pero a medida que pasaba el tiempo se veía cada vez más asediado.

A los tres minutos, Juan Castro desbordó bárbaro por derecha y le cedió el gol a Salgado, pero increíblemente el 10 malogró un tanto hecho. Al minuto nomás lo tuvo Fernando Enriquez, pero su disparo al quedar mano a mano se fue desviado.

Todo era del local, incluso después de la expulsión de Jorge Gallardo, quien emparejó el número de jugadores pero no las acciones. El equipo del Maestro seguía yendo, pero su propia impericia para definir le impedía ponerse en ventaja. Castro se sumó a la lista y primero erró insólitamente un mano a mano y luego no pudo ante Bovero, en la mejor intervención del Colorado en toda la tarde.

El encuentro parecía morirse en el cero, pero a cinco del final se consumaría el batacazo. Nery Domínguez, quien había sido el mejor de la cancha, sacó un tremendo remate desde afuera, pero este se desvió en un defensor y se fue al corner. De ese saque de esquina apareció una de las pocas chances para los de Arroyito y estos no la desperdiciaron.

Ejecución de Domínguez, cabezazo bombeado del moreno Yeimar Gómez Andrade, quien había sacado absolutamente todo en su área, y festejo alocado para el banco auriazul. Injusto por la cantidad de situaciones, pero lógico por todo lo que había errado el rival.

El final fue para el infarto, y le sobró emotividad. En tiempo cumplido Bovero se equivocó groseramente, la tocó con la mano, la dejó caer y luego la tomó nuevamente, lo que obligó al juez a sancionar tiro libre indirecto dentro del área. La ejecución vino en forma de centro y Castro cabeceó con total libertad casi dentro del área chica, sin embargo apareció Nery Domínguez para sacarla en la línea y ahuyentar el peligro y decretar el triunfo.

Triunfo que no se explica desde los merecimientos, sino desde la falta de efectividad de uno y la contundencia del otro. Griffa perdió la gran chance de seguir prendido en la pelea y ahora deberá remar de atrás. En tanto Central pretende encontrar la regularidad que le permita crecer en la tabla, aunque para ello tendrá que mejorar bastante.