Por Miguel Martínez.
Fotos: www.elsalaito.com.ar, www.argentinorosario.com.ar, www.elciudadanoweb.com, y Facebook de El Salaito.

Cuando se cumplen años se suelen pedir deseos, y seguramente el enorme anhelo que desvela a la gran familia de Argentino de Rosario, es obtener cuanto antes el ascenso a la Primera C de AFA. Esa ha de haber sido la plegaria que sus hinchas, directivos y jugadores habrán elevado al cielo este domingo 15 de enero, día en el cual el querido club de nuestra ciudad conmemoró su centenario. Y aunque este seguramente no es el mejor momento de su rica historia, bien puede convertirse en el puntapié inicial para una recuperación sostenida que lo devuelva al sitial de privilegio que nunca debió haber abandonado.

Las actividades previstas por su dirigencia para conmemorar esta fecha tan significativa, comenzaron el sábado con una concentración en el estadio José Martín Olaeta, donde a las 21:30 horas se presentó la camiseta del centenario. Esta casaca, será comercializada desde el sábado que viene en numerosos puntos de venta. A las 22 hs. en tanto, arrancó una caravana que atravesó la ciudad y sitios históricos vinculados a la historia del club, culminando en el Monumento Nacional a la Bandera, donde se realizó un acto alusivo a los 100 años. A la 0 hora en punto se cantó el feliz cumpleaños y hubo fuegos artificiales.

El domingo al mediodía los festejos continuaron en el Polideportivo denominado “Néstor Kirchner”, sito en Avenida Sorrento al 1400, con un almuerzo que juntó a la nutrida familia salaíta, y tuvo como postre y sobremesa la actuación del grupo de cumbia que encabeza Sergio Torres. La concurrencia fue buena, hubo baile, alegría, y muchísima gente con la casaca del “albo de barrio Sarmiento” puesta.

La historia de este señero club nace el 15 de enero de 1912, un día lunes. Su fundación fue en la casona de Juan Romero, un vecino del barrio obrero conocido como “Refinería” (por la refinería de azucar que se instaló en esa zona durante 1889). El nombre original fue “Embarcaderos Córdoba-Rosario”. Como tantas otras instituciones que surgían por entonces, su creación estuvo vinculada al ferrocarril. Incluso hasta en el nombre, ya que Embarcaderos era la estación de carga y descarga a la que la mayoría de sus jugadores pertenecía. El primer presidente fue Zenón Cabral, y con esa denominación actuó durante varios años en la Liga Rosarina de Fútbol.

A fines de 1914 pasó a llamarse Club Atlético Nacional. Y finalmente en 1932, por una disposición del presidente de la nación, José Felix Uriburu, que impedía a toda entidad civil o deportiva tener en su nombre la palabra “Nacional”, comenzó a ser conocido como Club Atlético Argentino, su actual denominación. Sin embargo, y como bien reza su marcha en las primeras estrofas, pese a los cambios de nombre... “pero siempre salaíto, del principio hasta el final”. Asimismo, cabe decir que fue uno de los fundadores de la Asociación Rosarina de Fútbol en 1931, y que en esta liga obtuvo dos torneos Gobernador Molinas (en 1944 y 1948) y cinco torneos Hermenegildo Ivancich (en 1938, 1948, 1952, 1984 y 2008).

En 1944 en tanto, el club se inscribe en los torneos de la Asociación del Fútbol Argentino. Lo hizo para disputar la Segunda División (lo que hoy sería una Primera B, aunque por entonces no existía la Primera B Nacional). Fue la época en la que el recordado presidente José Martín Olaeta pagó de su propio bolsillo un terreno donde luego levantó el estadio que hoy lleva su nombre; en la instersección de la Avenida Sorrento y la calle Roma (actualmente Víctor Mercante). En 1945 realizó su mejor campaña en dicha categoría, y terminó segundo a dos puntos del campeón Tigre. No logró ascender a primera, pero fue la vez en que más cerca estuvo de hacerlo.

En 1962 dejó de participar en dichos campeonatos por razones económicas, pero en 1970 retornó a los torneos de AFA, aunque en Primera C. En esa categoría logró el campeonato en 1983 y por ende el ascenso a la Primera B. En la temporada 1988/89 regresó a Primera C pero pronto se repuso. Un año más tarde, tras jugar la temporada 1989/90 y ganar el Torneo Reducido, subió de nuevo a la categoría que parecía ser la que mejor le sentaba: la Primera B. Durante nueve temporadas seguidas participó de ella y finalmente en el campeonato de 1998/99, consiguió los Torneos Apertura y Clausura, y ascendió sin necesidad de disputar final alguna. Por primera vez en su historia el salaíto jugaría la B Nacional.

La alegría sin embargo, no le duró demasiado, pues en la temporada debut descendió a la B Metro. En el 2003, y tras varias flojas campañas, bajó a Primera C. Su última alegría data del 2004. Por entonces, obtuvo el Torneo Clausura de la C y derrotó en la final a Barracas Central (campeón del Apertura 2003), en cancha de Huracán. Fue en una emotiva definición por penales que tuvo al arquero Mauro Andrada como héroe incuestionable. De ahí en más casi no hubo festejos grandes. El club volvió a descender a la Primera C un año más tarde, en el 2005, y allí estuvo durante 5 años. A mediados del 2010 cayó en la zona de Promoción, y luego de disputar dos encuentros contra Liniers, perdió la categoría y se convirtió en el primer equipo rosarino en caer a la Primera D.

Esta es la brevísima reseña deportiva que se puede hacer de un club que va mucho más allá de esos ascensos y descensos. Que significa un montón en la vida de tantísimas personas, y ha sido durante un siglo punto de encuentro para todo un barrio, y captador del cariño de toda la ciudad, ya que aunque tengan la camiseta de otros clubes, no hay rosarino que no sienta una sincera simpatía por Argentino. Y como prueba de ello se puede mencionar aquel legendario y recordado partido de 1984 ante Racing Club de Avellaneda, cuando una multitud colmó el Gigante de Arroyito, para acompañar y alentar a ese fantástico equipo “salaíto” que peleaba para subir a la A.

Feliz Centenario Salaíto. Y que cumplas muchos más...!!!!!