Fotos y texto Miguel Martínez.

Carlos Coradina, instructor de AFA que se encarga de viajar por todo el país para capacitar a los referís de las distintas ligas afiliadas, estuvo este jueves en la Rosarina conversando con los árbitros que se encargan de impartir justicia en los torneos locales. La charla fue de menor a mayor, y en ella el ex árbitro de primera división repasó numerosos temas. Antes, sin embargo, fue presentado por Mario Giammaría, presidente de la ARF, quien luego lo dejó en compañía de Néstor Verna, director del Colegio de Árbitros local, de José Pollini, instructor arbitral de extensa trayectoria, y de todo el auditorio por supuesto.

A la charla concurrieron, entre otros, Sergio Pezzotta, Saúl Laverni (que llegó con la clase ya empezada), Gustavo Lechner y Julio César Ayala, todos árbitros y asistentes que dirigen en la máxima categoría de AFA. Además, varios jóvenes que hicieron el curso de árbitro nacional recientemente, o que lo están haciendo todavía. Coradina utilizó como una herramienta válida para complementar su verba, un video de FIFA que iba repasando las distintas alternativas del juego, y según sus propias palabras: los 30 temas más importantes para tener en cuenta por un árbitro.

En su interesante alocución explicó la diferencia entre los distintos tipos de infracciones, como por ejemplo la sancadilla, el tackle (que puede ser temerario, con excesivo uso de la fuerza, o bien limpio, sin peligro para el físico del adversario), y la sujeción, que según explicó no necesariamente debe tomar de la casaca al rival. Con solo obstruir la circulación de otro jugador con los brazos abiertos (esa jugada tan vista en el fútbol actual cada vez que se está por patear un corner o un tiro libre al área) ya se puede considerar “sujeción” (es decir que lo está sujetando).

Luego habló mucho de los penales. Se refirió a la invasión de área y al adelantamiento del arquero. Reiteró que en ambos casos tanto el árbitro como el asistente deben estar muy pendientes del momento exacto en el que el ejecutante remata. Es en ese segundo donde se debe apreciar que no se cometa alguna de estas faltas. Además, graficó claramente cuándo un golero debe ser sancionado por adelantarse y cuándo no. Si al patearse la pena, el cuidapalos ya está adelante de la raya un metro o dio dos pasos al frente debe ser reiterada la ejecución, si en cambio dio un paso al frente para afirmarse, y se encuentra en plena acción de arrojarse no, ya que es casi imposible tirarse absolutamente paralelo a la línea.

También se refirió a la participación de los asistentes. Al respecto dijo que debe haber plena comunicación entre el árbitro principal y sus colaboradores. Aclarar ciertas pautas en el vestuario. Qué es lo que desea el juez de la contienda de los líneas. Códigos gestuales incluso, que permitan un entendimiento más rápido y discreto. De hecho hoy en día se habla de “cuerpos arbitrales” para referirse a las ternas, haciendo hincapié en que el error de uno es el error de todo el equipo arbitral. Por eso es que se exige tanta sintonía entre sus miembros.

Otro tema hablado fue el del aerosol, implemento de trabajo que se sumó a la vida de los árbitros hace apenas dos años. Su utilización, aclaró Coradina, no debe ser contínua o en toda jugada. Sólo ante el pedido de barrera del ejecutante se hará el correspondiente círculo para ubicar el balón, y la posterior raya para que se arme el muro humano. Es decir, casi siempre servirá para las faltas cerca del área. En mitad de cancha o tres cuartos, se aconseja favorecer la continuidad del juego y permitirle una rápida salida al cuadro perjudicado por la infracción.

Otro consejo que probablemente le sea muy útil a los oyentes de la charla de ayer, es ir “jugada a jugada”. La frase que utilizó Coradina fue la siguiente: “no se aten a sacar siempre 5 o 6 amarillas. Un buen arbitraje puede tener 15 amarillas, o puede no tener ninguna. Lo importante es aplicar el reglamento correctamente en cada jugada”. Y luego habló de la diferencia que hay entre “pregunta”, “reclamo”, e “injuria”, para lo cual utilizó un simple interrogante (“¿qué cobraste?”) dicha en diferentes tonos primero, y acompañada con algún epíteto más grueso en el último de los casos.

“En mi época muchos utilizaban el arbitraje como una changuita para sacarse unos pesos. Hoy en día la cosa es mucho más profesional. Si querés podés tomarlo como una changa, pero no vas a progresar. Si querés crecer y ser un árbitro con mayúscula te tenés que capacitar. No queda otra. Hoy en día los jugadores están más entrenados, mejor alimentados, muy bien informados, ven fútbol y jugadas de todas partes del mundo, entonces el árbitro también debe estarlo, y adecuarse a las más altas exigencias” narró Coradina en uno de los segmentos de su monólogo.

La clase también le dejó un espacio a la anécdota simpática y a la distención. Fue cuando Coradina contó que en la década del 80, dirigiendo a Argentinos Juniors, felicitó a un joven Diego Maradona por un gol extraordinario que había realizado. Señaló que “todo árbitro es en principio amante del fútbol, y aunque hoy en día no se ve tanto, no tiene nada de malo saludar a un jugador que acaba de convertir un gol llamativo o espectacular”. De inmediato, Sergio Pezzotta confesó que él también se maravilló desde adentro del campo con el golazo que marcó el burrito Martínez el pasado domingo en el duelo Vélez-Racing.

Durante la extensa clase, que tuvo luego un fluido ida y vuelta entre los presentes y el veterano adiestrador, también se habló de “la ventaja” (Coradina se encargó de aclarar que no se la debe llamar “ley de ventaja” pues no figura como ley en el reglamento), y de emplearla inteligentemente. Sólo si realmente beneficia al bando que recibió la infracción. No si el jugador que porta la pelota quedó encerrado, o si todo deriva en un lateral para el equipo rival. Por eso conviene esperar un segundo antes de pitar, y estar muy atento y concentrado para determinar cómo continúa la acción.

Finalmente, Coradina dijo que “no está mal tener lo que ahora llaman “táctica arbitral”, esto es... conocer al jugador que protesta, al que pega, al que habla con el rival. Sin prejuzgar, pero manejar la mayor cantidad de datos posible. Eso siempre ayuda”, a lo que agregó “hoy en día hay en el fútbol argentino 2 o 3 equipos que utilizan el reclamo como recurso. No los vamos a nombrar, pero si prestan atención verán que hay algunos clubes que lo usan permanentemente para condicionar al árbitro y sacar luego alguna ventaja”, terminó a modo de acertijo.