La proximidad del fin de año trae, como siempre, las cenas de despedida. Dichas reuniones sirven para cerrar ciclos, trazar nuevos objetivos y proyectar sueños en común con nuestros grupos de trabajo. Los árbitros de la Asociación Rosarina de Fútbol, siendo más de 120 entre los tres colegios que dirigen habitualmente en la Liga, tuvieron el pasado sábado su merecida fiesta. Los responsables de la organización fueron Nazareno Arasa, Silvio García y Cristian Ferreyra (que además de árbitro es el designador de las ternas que imparten justicia en cada partido).

El propio Ferreyra fue el encargado de animar la velada. Micrófono en mano, y mostrando soltura para manejar los tiempos, dio primeramente la bienvenida. Luego presentó el homenaje de la noche, uno de los momentos sin dudas más emotivos del encuentro. El elegido para la distinción, por su trayectoria, fue Marcelo Fabián Sosa, “el chino”. Apenas mencionado su nombre un cerrado aplauso retumbó en el Salón del CIRSE (Círculo de Suboficiales del Ejercito), demostrando el unánime cariño y respeto que genera su figura.

Tras el tradicional video, con imágenes de Sosa, familia y amigos, se le hizo entrega de una plaqueta, y posteriormente todos los presentes se pusieron de pie para saludarlo en ese momento tan especial para él. “El Chino”, superado por el afecto de sus colegas, no pudo brindar unas palabras, pero sí se llevó una camiseta autografiada por sus pares, quienes en breves palabras le manifestaban todo el cariño y la gratitud que le tienen.

Entre tanto, hubo una cena que sirvió para estrechar lazos, no sólo entre árbitros, sino también con dirigentes y delegados (tanto de fútbol de campo como de futsal). “Este año quisimos que no haya invitaciones por compromiso, los invitados que están son los que queríamos que estén. Los que nos trataron con respeto y como personas, durante la temporada en curso” expresó en un lapso de su discurso Cristian Ferreyra.

La fiesta tuvo, como es obvio suponer, baile y diversión. Momentos de jarana y chanzas. Sorteos, entre los cuales se pueden mencionar pelotas, camisetas, reglamentos, y una tablet, como premio principal. Pero lo más importante es que todos los concurrentes se retiraron felices del lugar, no sólo por el clima de cordialidad reinante, sino porque entre tanto trabajo y responsabilidad, es saludable también tener un momento de distensión y algarabía.

¡Felicitaciones!