En un encuentro de mucho pierna fuerte, poco juego asociado y clima caliente, el Tigre se trajo tres puntos vitales de barrio Cotar luego de tener que sufrir hasta el final por su increíble falta de puntería para liquidarlo.

En el primer tiempo se lastimaron poco, abusaron de los pelotazos largos y no hicieron más que llenarle de chichones la cabeza a los defensores. La única fue para la visita, a través del Gringo Morán quien habilitó de manera eficiente a Olocco para quedar cara a cara con Villarreal, pero el uno se quedó con la pelota.

La cosa parecía plantarse lejos de los arcos y ninguno de los dos podía inquietar a sus goleros. Solo algunas pinceladas fugaces de los creativos de cada lado, pero poco para emocionarse en una tarde a puro sol, que obligó al árbitro a detener el primer tiempo para que los futbolistas se hidraten.

Pero luego de una primera parte pareja, el Tirolense salió decidido en el complemento, y desde el inicio mismo comenzó a marcar el ritmo de juego. El ingreso de Siauto fue vital, y a través de su velocidad comenzó a llevar riesgo. Así fue que a los 10 minutos se rompió el cero y los de Ludueña se pusieron en ventaja.

Buena jugada preparada para hacer rápido un tiro libre, centro de Olocco rasante, Siauto anticipa al arquero y la vuelve a tocar para el 11 quien ya con el golero descolocado, le puso un centro preciso en la cabeza de Gustavo Buratta para que el defensor saltara de manera impecable y la colocara al lado del palo.

En ese inicio era imposible hablar de justicia, sin embargo los minutos le fueron dando la razón a los dirigidos por Jorge López. Defensores fue un manojo de nervios, no tuvo una idea clara en todo el juego y aun estando en desventaja no generó ni una situación clara en todo el complemento.

De igual manera, el empuje lógico por ir a buscar la igualdad lo hizo desprotegerse atrás, y si el encuentro no se terminó antes, fue solo porque los delanteros de Tiro estuvieron con la pólvora mojada. En un minuto lo tuvieron Morán de pierna izquierda y Núñez de cabeza, ambos mano a mano, pero sus disparos se fueron desviados.

Luego se sumaron a los yerros Siauto y Pereyra, pero en la última del juego llegó la vencida. Ya en tiempo cumplido el propio Pereyra quedó solo, con tiempo, sin marca y la pelota bollando para hacer y deshacer a su merced. En esta el Picante no perdonó y la terminó tocando por arriba para liquidar el pleito y terminar con un sufrimiento que ya se había prolongado demasiado.

Así, el Tigre sigue prendido, lejos de los punteros pero en el segundo lote. En tanto, el CADU sumó una nueva caída a su irregular campaña, que lo tiene estancado en mitad de tabla, pero alejado de la zona del descenso, que era su objetivo primordial.