Muchas veces la lucha de abajo se define en los cruces directos, en los partidos donde se pueden descontar puntos entre sí, sin depender de lo que haga el otro en otra cancha. Sin embargo, cuando había promesa de partidazo, Botafogo y Juan XXIII demostraron por qué están peleando por mantenerse en la categoría.

Hubo un tiempo para cada uno, el primero claramente a favor de la visita y el segundo, pese a la paridad y que los dos tuvieron situaciones, más inclinado para el lado del tricolor, quien encontró con los cambios algunas respuestas, pero nunca pudo vulnerar el arco rival.

La primera se dio a los 3 minutos y fue para el conjunto Papal, a través de Emanuel Páez, quien ingresó al área con pelota dominada, pero al intentarla tirar por encima del cuerpo del arquero, su remate se terminó yendo demasiado alto. Hubo que esperar más de 15 minutos para la segunda aproximación, que perteneció nuevamente al Rojo. Centro de Dario Tilio para el ingreso de Emanuel Rojas, que definió de primera con su pierna derecha, sin embargo su remate dio en el travesaño y se fue mansamente por arriba, ante la atenta mirada de Agustín Jiménez.

La única para el local llegó a los 30 con un remate potente de Hernán Nanneti desde afuera del área que sacó bien Miguel Castillo al corner. Sin embargo, los comandados por Carlos Forasnieri eran claros dominadores del juego y continuaban generando situaciones, pero por una cosa o la otra no podían romper el cero.

Antes de que culmine la primera parte, el visitante tuvo las dos chances más concretas. Una con un mano a mano de Darío Tilio que tapó muy bien Jiménez, y otra en la que el golero falló, Ángel Díaz metió el cabezazo bombeado que dio en el travesaño y en el rebote increíblemente Gonzalo Medina la tiró por arriba dentro del área chica.

En el complemento, impulsado por los cambios y el quedo del rival, Botafogo comenzó a explotar la banda derecha y por allí lastimó insistentemente, aunque con poca efectividad. La más concreta fue para Germán Montiel, quien con un auto pase se metió al área, pero al quedar con poco ángulo la terminó tirando por arriba.

Pero más allá de ese aviso, los dos se desordenaron, hicieron al partido de ida y vuelta pero pisando muy poco las áreas. Ambos tenían espacios, pero solo los aprovechaban para llegar hasta tres cuartos y allí las ideas se terminaban diluyendo. En definitiva, dejaron la sensación que podían jugar una hora más, y ninguno iba a vulnerar al otro.

Partido chato y resultado que no le sirve a ninguno, ya que Juan XXII no pudo achicar diferencias con los de Baigorria, mientras que Botafogo le dio la chance a quienes pelean con él, de sacarle dos puntos de ventaja, en una dura competencia por no descender que, pese a recién estar comenzando, pinta para ser apasionante.