La iniciativa fue elevada al cuerpo legislativo por el edil Aldo Pedro Poy, del Partido Demócrata Progresista (PDP), quien fuera futbolista, al igual que el “flaco”, de Rosario Central. En la emotiva ceremonia estuvieron presentes familiares, amigos y excompañeros de Menotti, que a sus 78 años conserva un porte y una figura envidiable. Se pasó un video referido a su carrera en la pantalla gigante, se le entregó una plaqueta, y se le otorgó la palabra para que haga los agradecimientos del caso.

“Después de haber pasado por tantos micrófonos –comenzó aclarando Menotti– esto es lo más difícil de mi vida. Amo a esta ciudad. Mis viejos murieron jóvenes y a mí me salvó el barrio. Aprendí a militar en política, hasta que empecé a jugar al fútbol en San Jerónimo y me llamaron de Central. Luego sigue la historia que ya conocen. Pero de todo lo que me ha pasado en la vida, este homenaje es lo más lindo, porque estoy en mi ciudad, con mi gente” manifestó.

Luego se refirió a un tema más bien social. “Me duele que Rosario siempre sea mencionada por lo mismo (la violencia), y que no se hable de todo lo demás que se construye en esta ciudad. Porque antes también había droga, pero no llegaba a los barrios porque estaban los clubes y los vecinos que te cuidaban. Por eso el problema no se va a solucionar con 200 gendarmes, sino haciendo valer a los clubes de barrio, como Reflejos, como Echesortu, como Unión Americana, donde yo recuerdo que iba a los bailes. Y así como digo que el fútbol es de la gente, digo únanse. Porque nos sobra cultura e historia como para seguir siendo maltratados” concluyó el ex DT.

Menotti, recordemos, debutó en primera división con la camiseta de Central el 3 de julio de 1960. Luego pasó por Racing (1964-1965), y Boca Juniors (1965), equipo con el que ganó un campeonato en su primera temporada. En 1967 viajó a Estados Unidos para jugar con el equipo neoyorquino The Generals, mientras que en 1968 viajó a Brasil para compartir equipo junto a Pelé en el Santos que ganó el Toneo Paulista de ese año.

Como Técnico trabajó en Newell's, club en el que fue Ayudante de Campo de Miguel Antonio Juarez. Más tarde en Huracán (de 1971 a 1974), con quien consiguió ser campeón Metropolitano del 73, y cuando fue convocado a dirigir los seleccionados de AFA capitalizó la oportunidad, y obtuvo los dos títulos más importantes de su carrera: Fue campeón mundial juvenil en Japón (1979) y campeón mundial con la Mayor en la Copa jugada en nuestro país (1978).

Ya alejado de los combinados albicelestes (a los que dirigió hasta el Mundial de España 82), pasó por Barcelona (1983-1984), donde ganó la Copa del Rey y la Copa de Liga, por Atlético de Madrid, Sampdoria, River Plate, Boca Juniors, Independiente y Rosario Central entre otros. De este modo, la ciudad saldó una cuenta pendiente que tenía con este grande de nuestra historia, y sin dudas uno de los referentes del fútbol, no sólo argentino sino mundial.

Foto: Diario La Capital.