En la cancha de Unión y Sociedad Italiana se vivió este martes una jornada muy especial. No sólo porque el reducto del rojinegro equipo de Álvarez fue elegido como epicentro de la gran final del Ivancich, sino por ser 25 de mayo, día del bicentenario de la patria.

Encima, el sol brilló desde muy temprano, favoreciendo la asistencia de público, y dándole un color más intenso y atractivo a la tarde. La gente que se hizo presente fue mucha. Bastante antes de que arrancara la final de predécima entre Mitre y Tiro Federal, padres, abuelos, y allegados a ambos clubes, fueron ingresando al predio, colgando sus banderas, y la multitud se notaba en la calle misma, donde los autos estacionados se extendían por varias cuadras.

No faltó por supuesto el mate, infusión que es siempre protagonista en los partidos de Rosarina. Detrás de cada alambrado, cualquiera sea la cancha, siempre hay alguna madre, hermana o novia, preparando (yerba en mano) algún amargo. Pero por lo temprano que arrancó el primer partido, más de uno había viajado hasta Unión sin almorzar. Por eso se vio mucho sandwichito en tuppers, además de las hamburguesas y los panchos que vendían en el buffet. En definitiva, el clima que rodeaba al evento era muy familiar y agradable.

La 98 terminó en victoria de Mitre de Pérez. El equipo que dirige técnicamente Edgardo Benedetti se imponía 3 a 0, y aunque sufrió en los últimos minutos por la remontada del tirolense, terminó ganando 3 a 2. Los goleadores del campeón en la final fueron Gonzalo Gómez, y Aníbal Chávez por dos; espectacular delantero que ya conocimos y disfrutamos en la gira de Mitre por Chile. Mientras que para los tigres de Ludueña convirtieron Diego Castillo y Brian Ferreyra.

La 97 jugó a continuación y aquí el campeón ganó con algo más de holgura. Hablamos de Newell’s Old Boys, que superó por 4 goles a 1 a Central Córdoba. El equipo que conduce Fernando Damiani arrancó abajo en el marcador, pero pudo igualar antes de que termine el primer tiempo, y terminar goleando en el segundo. Eber Ortiz abrió la cuenta para el charrúa, Javier Galván igualó para la lepra (jugador que también marcó el segundo gol), y Facundo Nadalín y Ezequiel Ponce, le dieron cifras definitivas al marcador.

Las primeras dos vueltas olímpicas de la jornada fueron muy aplaudidas, y aunque las camisetas estaban impregnadas de barro, y a más de una madre se le habrá piantado un lagrimón pensando en el futuro lavado de la prenda, la emoción real era por el orgullo que sentían de sus pibes. Felicitaciones también (no podíamos dejar de elogiar su gran campaña) para los vicecampeones: el Tiro Federal que dirige Enrique Luna, y el Central Córdoba que conduce el profe Pablo Crocco.

Para el partido de primera, la cancha ya estaba bastante deteriorada, aunque a decir verdad no influyó para nada en el trámite. Los directivos del club local, hay que decirlo, estuvieron desde la mañana sacando agua con secadores, y haciendo un gran esfuerzo para que el terreno quede de la mejor manera. Su hospitalidad se notó en todo momento, y hasta recibieron con un espectacular almuerzo a las autoridades de la Asociación Rosarina que se hicieron presentes para ver el duelo, llevar la Copa Ivancich, y efectuar la premiación.

Mucha gente vinculada al fútbol local estuvo presente. Técnicos y jugadores de clubes que nada tenían que ver con los protagonistas. Entre los más conocidos, se puede mencionar a Mauro y Lautaro Fórmica, jugadores de Newell’s y Godoy Cruz respectivamente, que fueron para ver a su hermano menor, Dante, el cual fue suplente e ingresó faltando unos pocos minutos. Pese a que no pudieron observarlo demasiado, se habrán retirado contentos pues su equipo terminó victorioso.

En síntesis, terminó siendo una hermosa tarde de fútbol. Que se disfrutó a pleno, no tuvo ni el más mínimo conato de violencia, y coronó a tres nuevos planteles, que desde hoy están en el estrellato de equipos campeones de la ARF.