Esta Copa, sin dudas la más federal del fútbol argentino (tiene representantes de todas las provincias, más aún que el Torneo del Interior), pondrá en marcha su Segunda Edición en pocos días. Más precisamente la primera etapa clasificatoria, tal y como se realizó en la versión 2011-12. En esta ocasión se prevé que la disputen más clubes, al menos eso es lo que afirma el renovado portal web oficial del torneo (www.copaargentina.org).

A la final pasada llegaron dos grandes, es cierto. Boca y Racing regalaron un lindo espectáculo en San Juan. Pero en el medio quedaron muchas historias mínimas y atesorables. Como la de Ariel Ortega enfrentando a River con la camiseta de Defensores de Belgrano. O la clasificación de Real Madrid de Río Grande bajo la nieve de Tierra del Fuego. La eliminación prematura de equipos con historia como Independiente. El cruce entre Huracán y Excursionistas con Housemann, ídolo de ambos clubes, en la tribuna. Las sorpresas como la de Barracas Central eliminando a Lanús, o Sarmiento de Junín, por entonces en la B Metropolitana, ante un equipo de la máxima categoría como San Martín de San Juan. Y ni hablar de la posibilidad que tuvo Central Córdoba de nuestra ciudad, que tras superar varias rondas pudo medirse con el luego campeón, Boca Juniors.

En síntesis, hubo definiciones por penales, historias de vida, cruces inéditos y sin historial. Vimos la superación y la motivación que tuvieron los clubes más humildes. Las sorpresas y las frustraciones. Tomando todos esos condimentos, podríamos decir que no existe otro torneo que ofrezca tan variadas ofertas en nuestro país. Por eso es una buena noticia que la segunda edición de la Copa Argentina esté en marcha. Y que se esté programando con una organización más aceitada, y más equipos, más partidos, siete divisionales diciendo presente, y el deseo de los más chicos: hacerse grandes.